lunes, 19 de diciembre de 2016

Especial Selectividad - Arquitectura: Juan de Villanueva. Escultura: Canova. Pintura: David.


LA ARQUITECTURA: JUAN DE VILLANUEVA

Juan de Villanueva, madrileño, es el prototipo de arquitecto neoclásico europeo. Se formó en la Academia de San Fernando. Amplió estudios en Italia con una beca, de donde volvió empapado de las teorías de las teorías de Palladio. Y volvió a España dispuesto a ejercer su oficio.

Tras su regreso, es nombrado arquitecto del monasterio de El Escorial. En función de su cargo, diseña La casita de arriba y La casita de abajo o Casita del Príncipe, dos villas para los hijos de Carlos III en la sierra madrileña. Ambas sirvieron a los infantes para celebrar reuniones y coleccionar antigüedades.

Las obras fueron del agrado del rey, lo que llevó a ser ascendido a director general de la Academia de San Fernando. Villanueva realiza entonces tres importantes obras en Madrid capital:

  1. El Palacio de las Ciencias (hoy, Museo del Prado).
  2. El Observatorio Astronómico.
  3. El Cementerio general del Norte (hoy desaparecido), el primero diseñado en España de acuerdo con los fines ilustrados de la salubridad pública.
En todos ellos, Villanueva plantea pórticos hexástilos, tomados de Palladio.


LA ESCULTURA: ANTONIO CANOVA

El italiano Canova es el más importante escultor del neoclásico y uno de los más brillantes de la historia de la escultura.

Hijo y nieto de canteros, desde muy pronto rechazó la idea de que era un artesano sometido a las normas del gremio, y defendió su categoría de artista creador. Así lo acredita su obra Dédalo e Ícaro: una alegoría de la escultura, donde, bajo los pies de Dédalo, descansan las herramientas del oficio, mientras Ícaro se pega las alas de cera que le permiten volar.

A continuación, desarrolla cuatro obras que muestran su interés por la escultura antigua: Teseo y el Minotauro, Amor y Psiquis abrazados, Hércules y Licas, y Perseo con la cabeza de Medusa.

Otra clave de su estilo es la calidad sensorial que transmite a las estatuas, apoyada por un lustroso acabado que luego patinaba con piedra pómez. Demuestra Canova que la frialdad que tradicionalmente se ha adjudicado a la estatuaria neoclásica es falsa.
En la Basílica de los Santos Apóstoles (Roma), realizó los sepulcros de los papas Clemente XIII y Clemente XIV. Su éxito le lleva a Viena, donde labra el Monumento funerario de María Cristina de Austria. Tiene ya abiertas las puertas de todas las cortes europeas.

En 1802, acude a la llamada de Napoleón. En París, retratará al emperador, a su madre y a su hermana Paulina Bonaparte Borghese, a la que representa recostada en un diván, imitando a una Venus victoriosa. Es esta, sin duda, su obra maestra, en la que aparece reflejada toda una época bajo la sensualidad del cuerpo femenino.

A la caída de Napoleón, regresará a París, como enviado del Papa, para recuperar las obras de arte que había expoliado el emperador de los franceses.

En 1815, los ingleses lo llaman para pedirle opinión sobre los mármoles del Partenón que recientemente habían sido trasladados al Museo Británico. Le impactaron tan vivamente que llegó a declarar que “los mármoles de Fidias son verdadera carne”. Bajo este efecto, realiza Las Tres Gracias.

El último gran encargo internacional le llega, nada menos, que de Carolina del Norte. Se trata de una escultura de G. Washington, entrega en 1821, poco antes de morir. El primer presidente norteamericano aparece, vestido como un emperador romano, en el momento de su renuncia al poder; es un homenaje a la honestidad y virtud el pueblo americano. Un incendio destruyó la obra, que se conoce por una copia en yeso conservada en el Gipsoteca de Possagno.


LA PINTURA: JACQUES-LOUIS DAVID

David (París, 1748 – Bruselas, 1825) representa al pintor político comprometido con la
Revolución francesa y con Napoleón.

En 1785, pinta en Roma El juramento de los Horacios, que se convierte en modelo para la pintura neoclásica posterior:

  1. Representa la promesa que hacen los tres hermanos Horacios, designados a suerte entre los romanos, paras enfrentarse a otros tantos albanos y decidir en combate el futuro de Alba y Roma, que se encontraban en guerra.
  2. David se centra en el momento en que los Horacios reciben las espadas de su padre, comprometiéndose a defender la patria con la vida.
  3. El cuadro glorifica las virtudes del patriotismo y sacrificio, pero lo que llamó la atención de sus contemporáneos fue el abandono de la narración literaria de la historia para centrarse en la expresión pasional de un momento dramático.
  4. Técnicamente, abusa del claroscuro; y coloca a los personajes en un mismo plano, lo que puede verse como una influencia de los bajorrelieves clásicos.
Vuelve a París convertido en un héroe. Y pinta otro cuadro de inspiración clásica, esta vez griega, La muerte de Sócrates, en la que el filósofo aparece a punto de beber la cicuta rodeado
de doce discípulos (como Cristo en la última cena). La injusticia de la condena puede ser puesta en relación con los mártires políticos de la Revolución francesa.

Cuando estalla la Revolución, David es elegido diputado, lo que lleva a estar en la sesión que decidió la condena a muerte de Luis XVI. Su pintura comienza a verse como signo de los nuevos tiempos. De 1793, es su cuadro Marat asesinado.

Sus pinturas sirven también para que se vayan imponiendo las nuevas modas: peinados cortos y sueltos en los hombres, túnicas a la romana para las mujeres y muebles de diseño clásico. Es significativo, en este sentido, el retrato de Madame Récamier, que anticipa la Paulina Borghese de Canova.

Caído Robespierre, fue encarcelado. Tras su liberación, puso su arte al servicio de Napoleón:
  1. Napoleón cruzando los Alpes.
  2. La coronación de Napoleón en Notre-Dame.


Fuente: Apuntes de Antonio Calero.

Especial Selectividad - Características generales del Neoclasicismo. Las Academias

Tras el Renacimiento, el Neoclasicismo es el segundo intento de recuperar la antigüedad greco-latina en la historia del arte.

El estilo neoclásico aparece en Italia a mediados del siglo XVIII como un rechazo a los excesos cometidos en la última etapa del barroco. El motor de arranque fue el descubrimiento de los restos arqueológicos de Pompeya y Herculano:

  1. Sus ruinas se ponen de moda y se convierten en lugar de destino de las vacaciones que pasa en el extranjero la aristocracia europea.
  2. Coleccionistas ingleses y franceses compran estampas y relieves antiguos que muestran luego en sus gabinetes de París y Londres.
En cualquier caso, la causa última del movimiento neoclásico es el afán de perfeccionismo promovido por la Ilustración. Se utiliza el arte clásico para inculcar a los pueblos la razón y la moralidad que representaban la democracia ateniense o la dignidad de la ciudadanía romana.

Su desarrollo puede dividirse en dos etapas:

Primera. Tiene su centro en Roma y está representada por dos teóricos alemanes:

WINCKELMAN, un teólogo protestante que se convirtió al catolicismo en 1755 para poder ocupar la plaza de bibliotecario y conservador del Museo Vaticano. Ese mismo año, publica su obra Reflexiones en torno a la imitación de la pintura y la escultura de los griegos, que pronto será considerada como el ideario estético del nuevo estilo. Expone que “a los modernos solo les queda un camino para ser grandes: imitar a los antiguos”; y añade que las esencias del arte clásico residen en “la noble sencillez y la serena grandeza”.
o MENGS fue pintor y teórico del arte. Como pintor, rompe con los modelos barrocos; y como teórico, sostuvo que el arte era superior a la naturaleza, de modo que el artista debía depurar con la imaginación las imperfecciones de la realidad.


Segunda. Se abre a partir de 1770 y viene marcada por la labor de las academias, que difundieron sus principios a escala internacional.


LAS ACADEMIAS

Estas instituciones estaban acogidas a la protección del estado y regidas por un claustro de profesores-académicos pertenecientes a las diferentes disciplinas artísticas.

Su labor contribuyó a que la pintura, la escultura y la pintura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en “nobles artes liberales”, y a que los artistas se convirtieran de artesanos en profesionales independientes.

Sus objetivos fueron de dos tipos:

  1. Realizar reuniones periódicas en las que sus miembros discutían los problemas técnicos de la profesión.
  2. Inculcar a los alumnos la correcta educación neoclásica, sin que tuvieran que trabajar de aprendices en el taller de un maestro.

El sistema educativo de las academias se basaba en el cultivo del dibujo y constaba de un programa en tres cursos:

El primero se impartía en la “sala de principios”. Eran admitidos todos los alumnos que lo solicitaban y en ella aprendían a soltar la mano mediante la copia de partes anatómicas simples (ojos, nariz, boca, orejas) según patrones recogidos en cartillas.
Un segundo escalón estaba en la “sala del yeso” y en la “sala del maniquí”, donde se copiaban estatuas antiguas en moldes de escayola y aprendían el manejo de los ropajes.
El último nivel estaba en la “sala del modelo vivo”, al que solo accedían los alumnos más aventajados. En ella, se pintaba a partir de modelos desnudos. Los que superaban esta última prueba eran considerados artistas y la academia correspondiente le expedía el diploma acreditativo.

Por otra parte, los arquitectos se formaban proyectando edificios según las normas de los teóricos romanos (Vitrubio) y renacentistas (Vignola y Palladio).

Se crearon academias de Bellas Artes en las principales ciudades. Las más prestigiosas fueron: la Academia de San Lucas, en Roma; la Académie Royal, en París; la Royal Academy, en Londres; y la Academia de San Fernando, en Madrid.


Fuente: Apuntes de Antonio Calero.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX - Resumen


Desligados del compromiso del pasado, los arquitectos de este siglo manejan los volúmenes y los espacios con criterios absolutamente distintos producto de los nuevos materiales y de las nuevas necesidades.
 
EL RACIONALISMO O FUNCIONALISMO

El movimiento denominado Racionalismo agrupa las más fuertes personalidades de este siglo; su obra y su teoría son individuales pero tienen el denominador común de la simplicidad de las formas, la forma sigue a la función:

Usa materiales altamente industrializados especialmente el hormigón armado.
El muro no es soporte, quedando reducido a una ligera membrana de cerramiento con gran número de ventanas que proporciona a los interiores luz y aire.
Los elementos decorativos desaparecen a favor de la forma recta y desnuda.
Hay un gran interés por los temas urbanísticos ya que tratan de acomodar a los hombres al nuevo ritmo de vida y organizar sus agrupaciones.

LA BAUHAUS fundada por W. Gropius en Alemania como centro pedagógico y experimental de arquitectura y diseño, aunque entra en decadencia en 1930, ejerce una enorme influencia que crece al emigrar sus componentes a otros países de Europa y EEUU.

Walter Gropius: su gran obra es el Edificio Bauhaus en el que colaboraron tanto profesores como estudiantes. La planta está formada por tres brazos que se extienden con libertad y multiplica los puntos de vista. Los muros son de cemento armado y vidrio.

Mies van der Rohe. Entre 1923 y 1924 proyecta dos casas de campo y en 1929 el Pabellón de Alemania en la Exposición Universal de Barcelona, en el que demuestra que su arquitectura se fundamenta en el adecuado manejo de los materiales modernos, en los volúmenes nítidos y en el empleo del muro cortina que sustituye al muro tradicional.

Le Corbusier: nace en Suiza, aunque la mayor parte de su obra se desarrolla en Francia. En 1926 realiza una de sus obras más conocidas, la Villa Savoya, que consiste en una estructura de hormigón armado encalada de inspiración mediterránea que se fundamento en los cinco puntos en los que se resume su arquitectura:

Empleo de pilotes: A modo de pilares para que la estructura quede sustentada y separada del suelo quedando un espacio transitable.
Fachada libre.
Terraza jardín: factible gracias al uso de hormigón que facilita la construcción de techos planos.
Multiplicación infinita de los vanos: ventanales.
La planta libre: al variar la función del muro, las plantas son mucho más diáfanas.

Hacia 1950 se suaviza su Racionalismo y se aproxima al Organicismo expresado en su obra maestra, la iglesia de Notre-Dame du Haut en Ronschamps.
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia

Muy influenciada por el Racionalismo está el movimiento holandés del Neoplasticismo cuyo principal representante será Gerrit Rietveld.

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX


EL ORGANICISMO

Por arquitectura orgánica debemos entender todas aquellas manifestaciones arquitectónicas que tratan de adecuarse y aliarse con la naturaleza. Esta idea la podemos encontrar en la arquitectura desde tiempos muy remotos, pero su verdadera formulación la redacta F. Lloyd Wright (1869-1959). Se define por:

  1. El sentido de lo interior como realidad.
  2. La planta libre como flexibilidad y continuidad de ambientes.
  3. La unidad entre interior y exterior.
  4. El uso de materiales naturales.
  5. La casa como protección.

Con Frank Lloyd Wright el Racionalismo comienza a ser olvidado y se ensayan nuevos caminos para la arquitectura. De origen norteamericano, viaja a Tokyo, donde se siente fascinado por la arquitectura japonesa, igual que por los templos mayas del Yucatán, por lo que puede decirse que tiene una formación cosmopolita. A esta amplia formación debemos la Casa de la Cascada en Pensilvania, bella simbiosis entre naturaleza y arquitectura. Otro edificio significativo de este arquitecto es el Museo Guggenheim de New York.

Con las formas curvas experimentó en el Museo Guggenheim de New York (1943-58). En este caso se encargó de que el museo poseyera espacios luminosos con luz controlada, no relejada por las superficies, por otro lado un espacio para disfrutar ascendiendo una rampa de un modo continuo y sin rupturas la exposición de objetos.

NUEVAS TENDENCIAS

A mediados de siglo, Jørn Utzon construye la Ópera de Sydney, el mejor ejemplo de la llamada arquitectura aditiva.

La arquitectura posmoderna de mediados de los setenta muestra cierta inclinación hacia el historicismo y un cierto interés por el eclecticismo. Entre los arquitectos representativos de esta tendencia podemos citar al japonés Arata Isozaki o el español Ricardo Boffil.

A partir de mediados de los 80 se definieron dos grandes tendencias: High-Tech y Deconstrucción.

La denominación de High-Tech deriva del empleo obsesivo de elementos tecnológicos. Los conductos de ventilación o agua, las escaleras mecánicas, las grúas para la limpieza de los cristales, etc. se evidencian hasta convertirse en un elemento fundamental de la construcción. El cierre de los muros se realiza, por lo general, con cristal reflectante, con lo que se potencia un aspecto brillante y agresivo de alta tecnología. El primer edificio e este género fue el Centro Pompidou de París, de Renzo Piano y Richard Rogers.

La Deconstrucción. Las formas arquitectónicas se sitúan en la antítesis de la claridad y la pureza racionalistas al mostrarse como estructuras constituidas de elementos dispares que parecen chocar y distorsionarse. El espectador, en principio sorprendido por la sensación de inestabilidad que transmiten estos edificios, acaba por identificarse con unas construcciones que materializan a la perfección las sensaciones y gustos del ser humano que vive a las puertas del s. XXI. El Museo Guggenheim de Bilbao, construido por Frank O. Gery, entre 1991-97, es el paradigma de esta tendencia arquitectónica.

Por último nombremos a algunos de los arquitectos cuya personalísima obra les sitúa a la vanguardia de la arquitectura del siglo XXI: aparte de Frank O. Gery que ya hemos nombrado, el británico Norman Foster, el francés Jean Nouvel o el español Santiago Calatrava.

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680) - Resumen

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680)
Nacido en Nápoles, de sangre florentina, se estableció en Roma y es, entre los grandes artistas, uno de los más universales.

Bernini es uno de los grandes arquitectos y escultores del barroco, su estilo marca toda una época y sus obras son una de las mejores expresiones de este estilo artístico.

Trabajó principalmente en Roma al servicio de los cardenales y de los papas. Gozó de fama internacional ya en vida ejerciendo una gran influencia entre sus contemporáneos de dentro y fuera de Italia.

El ideal artístico de Bernini aspira a suprimir la frontera entre arte y espectador, uno de los principios del arte barroco.

Obras de Bernini


Características de sus esculturas
Obras importantes

Grupos escultóricos de la Galería Borghese

Obras de juventud de Bernini encargadas por el cardenal Scipione Caffarelli Borghese para su villa de Roma. Común a las cuatro será elmovimiento giratorio y ascendente en espiral.

Grupo de Eneas, Anquises y Ascanio. (1618-1619)

Huída de Eneas con su padre a hombros y su hijo pequeño del incendio de Troya

El rapto de Proserpina. (1621-1622)

Bernini se recrea en el cuerpo de la joven y su delicada sensualidad cogida por el brutal Plutón del que intenta liberarse en vano.

En esta obra ya muestra su especial virtuosismo de Bernini en la representación de la piel de sus figuras.

El David. (1623-1624)

Representación del personaje bíblico en el momento de lanzar la piedra contra Goliat. Bernini se negó a representar al héroe bíblico según las normas existentes hasta el momento, y en vez de plasmar el momento estático, después de que haya lanzado la piedra (Donatello y Verrochio) o el gesto contenido y tenso antes del lanzamiento (Miguel Ángel), escoge la fuerza de la espiral.

Bernini se sirvió del Gladiador Borghese como modelo, una de las obras más valiosas de le colección de la antigüedad clásica de Scipione Borghese. Por otro lado, es reconocible en el rostro del héroe que aprieta los labios antes de lanzar la piedra los rasgos del artistas que se autorretrató en esta escultura.

Apolo y Dafne. (1622-1625)

Último encargo realizado para el cardenal. Dafne acosada por Apolo se convierte en un laurel. Bernini representa a los dos personajes jóvenes y bellos en el momento en que Apolo toca a Dafne en su persecución y se convierte en árbol. Se trata de una obra muy dinámica.

Bernini se concentró en el momento en el que Dafne acosada por Apolo, se convierte en un laurel y su expresión representa lo angustioso de la situación.

Al igual que sucede en otra de sus obras, el Rapto de Proserpina, la obra nos pide que interactuemos con ella: vista desde la espalda de Apolo, la figura de Dafne queda oculta, mostrándonos sólo el árbol en que se transforma, de modo que girando alrededor de la estatua tenemos una visión en el tiempo de la metamorfosis de la ninfa.

Éxtasis de Santa Teresa es la obra más conocida del escultor y está considerada una de las obras maestras de la escultura del Barroco. Fue realizada entre 1647 y 1651, por encargo del cardenal Cornaro, para ser colocada donde iría su tumba, en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma, donde actualmente se encuentra, en la llamada Capilla Cornaro.

Las figuras están realizadas en mármol blanco principalmente, y los rayos del sol en bronce.

La composición se consigue mediante dos diagonales, que forman un aspa, lo que produce sensación de movimiento; que junto con la fuerte expresividad de la obra denotan su estilo barroco. También Bernini consigue un acusado efecto de contrastes lumínicos (por ejemplo, gracias a los pliegues de las ropas de Santa Teresa). Bernini también construyó la capilla en la que se encuentra esta escultura.

La obra recoge el dramático momento en que Santa Teresa pierde su conciencia como consecuencia del éxtasis amoroso (ojos cerrados, boca entreabierta...) producido por la llama divina.

Como retratista, destaca su Busto de Luis XIV. La teatralidad barroca de Bernini atrajo la admiración de la teatral monarquía francesa.

Pero donde la teatralidad escénica de Bernini se desborda con mayor brillantez es en las tumbas papales de Urbano VIII y Alejandro VII, ambas en la Basílica de San Pedro. En ellas, las alegorías fúnebres de opulenta escultura se engalanan con mármoles de colores y bronce.

También son famosas sus esculturas y “fontanas” que adornan las plazas de Roma: La Barcaza, El Tritón o Los Cuatro Ríos.


La Escultura del Cinquecento

La Escultura del Cinquecento
Introducción y características generales.

El siglo XVI supone el momento clásico por excelencia del Renacimiento. El primer tercio del Cinquecento supone el triunfo de la armonía y el equilibrio que se había avanzado durante el Quattrocento.

La capital artística de Italia se traslada desde Florencia a la Roma de los papas, que se convierten en los nuevos mecenas y protectores de los artistas. Principalmente Julio II y León X que utilizarán el arte como instrumento de prestigio personal y difusión del poderío de la Iglesia.

La escultura del Cinquecento buscará la grandiosidad y la monumentalidad inspiradas directamente en las esculturas clásicas descubiertas en Roma gracias a una ferviente actividad arqueológica (1506. Descubrimiento del Laooconte). Lo que supone la recuperación del desnudo y las representaciones heroicas y gigantescas realizadas en bronce y, sobre todo en mármol.
Miguel Ángel Buonarroti

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es el más grande escultor del siglo XVI. Aunque su principal interés fue la esculturá también destacó como arquitecto y pintor siendo considerado uno de los grandes artistas de la historia.

Realizó su labor artística durante más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, los Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos. Muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino, fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida.

Características
Sus esculturas revelan un perfecto conocimiento de la anatomía, lo que le permite representar fielmente todos los detalles del cuerpo humano, sobre todo de músculos, venas y articulaciones.
Sus figuras encierran un movimiento en potencia que se convertirá en acto al llegar la generación del barroco.
Es característico de algunas de sus esculturas la expresión de la cara en la que destaca mirada terrible que sus contemporáneos denominaron terribilitá.

La obra de Miguel Ángel
Sus primeras obras, realizadas en Florencia: Relieves de la Virgen de la Escalera y la Batalla de los centauros y lapitas (hacia 1492) revelan la influencia de Donatello en el estudio del relieve pictórico pero completada por un profundo interés por la anatomía.

Un viaje a Bolonia le hará conocer la obra de Jacopo de La Quercia, cuyo gusto por la grandiosidad y la anatomía le marcará profundamente.

Ya en Roma, realiza su primera obra maestra: La Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la composición equilibrada, la idealización de los personajes y la elegante sensibilidad estética. Idéntica idealización también presidió la ejecución de la Virgen de Brujas.

La obra escultórica de Miguel Ángel


Posteriormente su estilo cambiaría hacia un mayor interés por la grandiosidad monumental, el minucioso estudio de la anatomía y la tensión interna, como ocurre en obras como el David que esculpió en Florencia o el Moisés, máximo exponente de la terribilitá de Miguel Ángel, y varias figuras de Esclavos esculpidos para la tumba monumental de Julio II; proyecto que debió ser modificado en varias ocasiones y cuya realización definitiva en la iglesia romana de San Pedro in Vincoli distaba bastante del proyecto original concebido para el Vaticano.

Entre 1521 y 1534 trabajó en Florencia en las tumbas de Lorenzo y Juliano de Médicis. Representados como dos estatuas sedentes a cuyos pies y flanqueando el sarcófago se encuentran recostadas las figuras alegóricas del Crepúsculo y la Aurora y del Día y la Noche. Estas figuras ofrecen un tratamiento anatómico un tanto desproporcionado que junto con las posturas complicadas que adoptan supondrán un modelo para los escultores manieristas posteriores.

Sus últimas obras, de temática religiosa se alejan del paganismo de su producción anterior y parecen reflejar el pesimismo producido por una crisis espiritual y que se traduce en un lenguaje plástico dominado por la expresividad trágica, distorsionando las proporciones y acentuando los gestos y actitudes sufrientes de sus figuras como se puede apreciar en La Piedad de la catedral de Florencia o su última obra, inconclusa, La Piedad Rondanini.

Otros escultores del Cinquecento

En la segunda mitad del siglo XVI trabajan distintos escultores que podríamos clasificar como manieristas cuya obra se caracteriza por la pérdida del clasicismo basado en la armonía, las proporciones, el equilibrio y la serenidad a favor de un gusto por lo inestable, lo subjetivo y preferencia por las figuras serpenteantes y las composiciones helicoidales que anticipan el Barroco.

Algunos ejemplos significativos de este tipo de escultura serían el escultor Benvenutto Cellini con su Perseo, situado en la Loggia de Florencia o el artista de origen franco-flamenco Juan de Bolonia, autor de estatuas ondulantes como el Mercurio o el Rapto de las sabinas.

Las Obras Perdidas - El Coloso de Rodas

El coloso de Rodas era una gran estatua del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas (Grecia) en 292 a. C. y destruida por un terremoto en 226 a. C. Es considerada una de las Siete maravillas del mundo antiguo.

Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el Viejo, Polibio y Estrabón, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el Sirio y Filón.

La estatua (hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro) representaba al dios griego del sol, Helios. Según Plinio el Viejo, medía unos 32 m:

Pero de todos el más admirado fue el Coloso del Sol, en Rodas, hecho por Cares de Lindos, alumno del Lisipo antes mencionado. Esta estatua medía 70 codos de altura.3 Después de 66 años un terremoto la postró, pero incluso yacente es un milagro. Pocos el pulgar pueden abarcar con los brazos, sus dedos eran más grandes que la mayoría de las estatuas que tenían marfil. El vacío de sus miembros rotos se asemeja a grandes cavernas. En el interior se ven magnas rocas, con cuyo peso habían estabilizado su constitución. Doce años tardaron en terminarla y costó 300 talentos, que se consiguieron de las máquinas de guerra abandonadas por el rey Demetrio en el asedio de Rodas.
Plinio el Viejo, Historia natural (34.18.3)

La base, de mármol blanco, medía 40 codos (15 metros). Habría pesado unas 70 toneladas.

En comparación, la Estatua de la Libertad ―ubicada en Nueva York― mide 33 metros y tiene una base de 48 metros, aunque fue construida más de 2000 años más tarde.


Coloso de Rodas


Historia del Coloso de Rodas

En el año 305 a. C., Rodas, que en las luchas de los diádocos se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso ejército dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monóftalmos.

Para apoderarse de la ciudad, Demetrio mandó a construir varias torres de asedio con el fin de asaltar las murallas. La primera de estas torres fue montada en seis barcos. Este primer intento no dio resultado porque los barcos naufragaron en una tormenta antes de que la torre pudiera ser utilizada. Demetrio volvió a intentarlo con otra torre aún mayor construida sobre la tierra. Este tipo de arma de asedio era denominada helépolis. Sin embargo, los defensores rodios repelieron el ataque inundando el terreno ante los muros para que la helépolis no pudiera ser desplazada.

En el año 304 a. C. una flota enviada por Ptolomeo I, aliado de Rodas, hizo huir precipitadamente a Demetrio, quien abandonó la mayor parte de su armamento de asedio. A pesar de su fracaso frente a los muros de Rodas, Demetrio obtuvo el sobrenombre de Poliorcetes, "conquistador de ciudades" por sus éxitos militares. Los rodios vendieron por 300 talentos los equipos de asedio abandonados.

Para celebrar su victoria, los rodios decidieron que Cares de Lindos ―nativo de la isla, y discípulo del célebre Lisipo, quien había esculpido en Tarento una estatua de bronce de Zeus de unos 22 metros de altura― construyera una estatua gigantesca al dios Helios, protector de la ciudad. Le preguntaron al escultor cuánto costaría una estatua de 50 pies (15 metros) de altura; cuando les respondió, le preguntaron cuánto costaría una estatua del doble de altura. Él respondió que el doble, y los rodios firmaron el contrato. Cares no tuvo presente que al doblar la altura, necesitaría ocho veces más materiales. Esto lo llevó a la bancarrota y el suicidio.

El coloso de Rodas fue terminado por Laques (también de la aldea rodia de Lindos) en el 292 a. C.

Sesenta y seis años después de su construcción, en el año 226 a. C. un terremoto derribó la colosal obra. Los habitantes de Rodas decidieron dejarla acostada en el mismo lugar pues un oráculo aseguró que el derribo de la estatua fue voluntad de los dioses. Y así quedaron los restos de la estatua durante novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 d. C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones. Un judío de Edesa compró el bronce y dijo haber necesitado 900 camellos para cargarlo.


Localización del Coloso

Durante muchos años se creyó que la estatua había sido erigida con una pierna apoyada en cada parte del muelle de Rodas como aparece en algunas imágenes. Sin embargo, no parece que haya sido realmente así por dos razones: si hubiera sido erigida allí, se habría hundido por su propio peso. La otra razón es que para su construcción tendrían que haber cerrado un muelle de gran importancia militar durante varios años, siendo vulnerables a ataques por mar. Otra hipótesis, publicada en un artículo de la arqueóloga alemana Úrsula Vedder (2008) sugiere que el Coloso no habría estado en el puerto, sino que era parte de la Acrópolis de Rodas, sobre una colina ahora llamada monte Smith, con vistas a la zona portuaria. Tradicionalmente se creía que el templo en la cima del monte Smith estaba dedicado a Apolo, pero ―de acuerdo con Vedder― habría sido un santuario de Helios. Según Vedder, los sobredimensionados cimientos de piedra en el sitio del templo, cuya función no se conoce con exactitud, habrían sido la base de soporte del Coloso.


El Coloso en la Actualidad

Según el alcalde de Rodas, Hatzis Hatziefthimiou, en 2008 se encargó al artista alemán Gert Hof la reconstrucción de la obra mediante una «escultura luminosa» de acero (que, como un homenaje al pacifismo, será fundido a partir de armas de fuego recogidas en todo el mundo). Debido a un error de traducción, un diario español publicó que la estatua «no será de bronce o piedra, sino de luz», pero en realidad el término inglés light sculpture se refiere a ‘escultura luminosa (o lumínica)’, o sea, una obra con artefactos luminosos que la harán visible en la noche.12 La estatua se construirá en el muelle exterior del puerto. De un valor inicial de unos 100 millones de euros, medirá entre 60 y 100 m (la original medía poco más de 30 m) y diversas organizaciones comerciales internacionales se ocuparán de financiarla. Según el artista, el público podrá entrar físicamente en la nueva escultura.



Fuente: Wikipedia

Las Obras Perdidas - Cabeza de fauno


La cabeza de fauno es una escultura desaparecida de Miguel Ángel, se cree que fue copiada de otra antigua y ejecutada durante su aprendizaje en el Palacio Medici Riccardi de Lorenzo el Magnífico en Florencia, entre 1489 y 1492.

En la Casa Buonarroti se encuentra desde 1989, una escultura de Cesare Zocchi que está sin datar, pero se cree que la realizó a finales del siglo XIX, en la que representa a Miguel Ángel muy pequeño esculpiendo la cabeza de fauno, una escultura que se guardaba en los Uffizi y que se pensaba que podría ser la de Buonarroti, desapareció durante la Segunda Guerra Mundial en un traslado realizado por las tropas alemanas.

Bibliografía
Hodson, Rupert (2000). Miguel Ángel, escultor. Florencia, Gruppo Editoriale Faenza Editrice. ISBN 88-8138-044-7.

miércoles, 26 de octubre de 2016

La Cruz Latina

La cruz latina es una cruz formada por dos segmentos de diversa medida que se intersecan en un ángulo recto, donde el segmento menor está a una proporción de tres cuartos con respecto al más largo. La primera construcción la hizo Peter Pulido en 1345.

Refiere a la forma del crucifijo de la tradición cristiana.


En la arquitectura

En arquitectura hay una forma de planta denominada de cruz latina. Corresponde al diseño utilizado en las iglesias en las que el brazo mayor (que se alinea con el pórtico principal, el atrio, el altar mayor y el ábside) tiene mayor longitud que el brazo menor o transepto; mientras que cuando ambas tienen la misma longitud se habla de planta de cruz griega, uno de los modelos de planta centralizada, muy habitual en la arquitectura bizantina. En cambio, la planta de cruz latina es muy común en las iglesias de la cristiandad latina; y particularmente se desarrolló en las iglesias monásticas de los benedictinos medievales (Cluny y Cister) y en las denominadas iglesias de peregrinación del Románico en el Camino de Santiago (Galicia).

La zona en la que se cruzan el brazo mayor y el brazo menor se denomina crucero, y la forma de su cubierta puede ser muy variada: distintos tipos de cruces de bóvedas (bóveda de arista, bóveda de crucería), cúpula, cimborrio, etc.; y se puede proyectar al exterior mediante distintos tipos de tejados, torres, chapiteles, etc.

Cruz latina


El brazo mayor (y en ocasiones el menor) se suele dividir en naves, habitualmente un número impar, destacándose la central como nave mayor, y quedando a ambos lados las naves laterales que suelen tener menor altura. Esas naves laterales pueden prolongarse más allá del crucero y rodear por detrás al altar mayor, en lo que se conoce como deambulatorio. Los muros de la iglesia pueden articularse mediante capillas laterales. En el caso de la cabecera de la iglesia, puede tener un ábside semicircular (cubierto habitualmente con una exedra -media cúpula-) que a su vez puede complicarse con absidiolos adosados, bien al propio ábside, bien al brazo menor.

Es habitual la alineación astronómica de las plantas de cruz latina, para que el Este coincida con la cabecera (o ábside) y el Oeste con los pies (o pórtico); lo que permite efectos de iluminación destacados mediante ventanas más o menos amplias (óculos, rosetones, vidrieras).

Véase también:
- Transepto
- 'Cruz Latina' en términos de Diccionario.


Fuente: Wikipedia

sábado, 1 de octubre de 2016

Altar

Un altar (del latín altare, de altus «elevación») es una estructura consagrada al culto religioso, sobre la cual se hacen ofrendas o sacrificios. En algunas civilizaciones antiguas, para designar un altar de piedra, se suele utilizar el término "ara" (plural aras). La más conocida de ellas es el Ara Pacis de la Roma Imperial.

En la Antigüedad

En la Antigüedad un altar era, bien un lugar elevado o alto (en su origen simple montículo de tierra o de piedra), o una tabla colocada sobre unas gradas, en el que se depositaban ofrendas y/o se celebraban sacrificios a la divinidad.
Ara Pacis del emperador Augusto.

En el mundo clásico greco-romano los altares o aras eran usados para sacrificios de sangre, ofrendas sin sangre, y libaciones con vino. Existían altares públicos (en templos, plazas, campamentos militares...) y altares privados o domésticos (elemento de la casa ante el cual la familia efectuaba sus devociones). También eran frecuentes las aras votivas, dedicadas a algún dios en consideración por un beneficio recibido.

En los comienzos del rito cristiano, el altar estaba constituido por una especie de mueble de madera, más o menos trabajada, que se podía desplazar para los oficios (los primeros lugares de culto no eran, necesariamente, lugares específicos dedicados al mismo).

Fue a partir del siglo IV cuando los altares empezaron a colocarse en el ábside del templo. Más tarde, hacia el siglo XII, el altar permanecía inamovible, utilizándose para su confección, tanto la piedra como el mármol u otros materiales nobles. Generalmente, el altar, cubría un sepulcro sellado que contenía las reliquias de los mártires.

Los altares tenían que tener siempre, en el lugar en el que se guardaban la hostia o el cáliz, una piedra de consagración (ara), que habitualmente se colocaba en el centro del altar cristiano, generalmente embutida en su tablero, para la celebración de la Eucaristía.

Los Altares Mayores están decorados, generalmente, con retablos más o menos elaborados, y que adquirieron su mayor relevancia durante la época gótica.

En los primeros siglos, el altar se situaba en el centro del presbiterio y el oficiante estaba de cara a los fieles; servía (sirve) para disponer, sobre él, los objetos rituales y de culto y para dar mayor relevancia al oficiante (normalmente un sacerdote) de manera que quedara separado del resto de los asistentes al oficio y subrayar su contacto más directo con la divinidad.

En la religión cristiana, por ejemplo, se compone normalmente de una mesa donde el sacerdote ora y de una serie de elementos simbólicos como una cruz latina (con o sin la figura de Jesucristo), o una vela representando el principio y el fin con las letras alfa y omega.

Un altar se puede dedicar a un dios, un santo o personaje relevante de una creencia o a una persona.

Altares


Altar católico

La Iglesia Católica los adoptó desde su origen para la celebración de la misa pero hasta el siglo III debió servirse de mesas comunes de madera (aunque no exclusivamente), según afirman los historiadores y se infiere de las dos que se dicen fueron utilizadas por San Pedro en Roma. Llegado dicho siglo, si no antes y sin abandonar del todo los usos originales, se constituyó el altar con el sepulcro de algún mártir colocando encima de él una gran lápida a modo de mesa.

En las catacumbas de Roma se hallan indicios de cuatro formas de altares:

los portátiles o movibles, a modo de trípode o de mesa,
los fijos y aislados, que se componen de una lápida sobre un pie derecho en medio de un cubículum,
los adosados a modo de sarcófago aplicado a un muro,
los arcosolios o sepulcros de mártires insignes cuya tapa servía de mesa, bajo un arco o bovedilla en un nicho decorado.

Desde la paz constantiniana, se construyeron altares de mayores dimensiones que los movibles y adosados, dándoles la forma de mesa rectangular sostenida por una columna central o por cuatro en los extremos y colocándolos en medio del ábside o presbiterio de las basílicas, siempre sobre algún sepulcro de mártir, hasta que en el siglo VII empezó a encerrarse en ellos sólo algunas reliquias de diferentes mártires, como hoy es costumbre. Con alguna frecuencia se aprovechaban las mismas aras que pertenecieron a los gentiles, poniéndolas como sostén de los altares cristianos, según lo demuestran algunos ejemplares que hoy existen.

Durante la Edad Media siguió el altar con las mismas formas descritas ya prismática, ya imitando un sepulcro, ya de mesa con una o más columnitas y casi siempre labrados en piedra, por lo menos, desde el siglo IV. Desde el siguiente, se hicieron raras las criptas debajo del altar y entonces se colocaban reliquias en una pequeña cavidad abierta en el soporte central de la mesa o en ésta misma, envolviéndolas antes en un lienzo fino y encerrándolas en una botellita de vidrio o cajita de madera, sellada por el obispo consagrante del altar.

La liturgia católica permite celebrar misas en cada una de las capillas de una iglesia, cada una con su propio altar, por lo que el principal recibe el nombre de altar mayor.

El altar mayor de cada iglesia continuó situado en el ábside principal o cabecera y en posición aislada. Pero al adoptarse los retablos en la época románica y sobre todo, al tomar éstos gran desarrollo en los siglos XIV y siguientes, se tuvo que adosar el altar en la mayoría de las iglesias, dejando de estar accesible por todos los lados.


Fuente: Wikipedia

La diosa en el Arte clásico y el Erotismo

Durante la época arcaica en Grecia, conviviendo con el tipo de muchacho desnudo, la imagen femenina es la kore, la agradable muchacha de hermoso vestido bordado y amable gesto.

Ellos son presencias genéricas, erguidos en su rigidez miran lejos, más allá de nosotros, ajenos a la presencia del espectador. Ellas son bonitas jóvenes que nos presentan una ofrenda mientras se recogen con gracia el extremo del vestido. Ellos son la esencia inmutable de su género; ellas aparentan una narración, introducen el espacio y el tiempo. ¿Qué y por qué llevan algo en la mano extendida? Hombres desnudos, mujeres vestidas, éste fue el paisaje público en los santuarios y necrópolis de todas las ciudades griegas durante más de dos siglos. El desnudo de ellos es propio del género «natural» masculino, mientras que las mujeres son un artificio, como Pandora, la primera hembra humana, la madre de la estirpe de las mujeres, que se construyó como una estatua de barro a la que los dioses dotaron de vida. El varón real es un hombre desnudo, la mujer real es una construcción artificial.

Así pues, mientras el cuerpo desnudo del varón se había convertido en algo cotidianamente ofrecido a la vista, el cuerpo desnudo de la mujer conserva toda la fuerza de lo oculto, de la prohibición. El desnudo femenino tarda mucho en aparecer en el arte griego. El primer cuerpo femenino que se esculpió fue hecho en mármol por Praxíteles en el siglo IV a. C. Es el primer desnudo público. Antes, de forma puntual, los pintores de vasos habían dibujado en ocasiones cuerpos desnudos de mujeres, pero eran siempre figuras justificadas por la acción narrada -como mujeres que van a ser violadas- o por su estatus social, prostitutas o heteras. Estos cuerpos femeninos se dibujaban a semejanza de los masculinos. En la escena erótica del medallón de una copa de figuras rojas, un hombre abraza y copula con una mujer desde atrás, de tal manera que el pintor ha tenido que dibujar el cuerpo femenino completo y de frente. Ausencia de caderas, pliegue inguinal, abdominales... ¡es el cuerpo de un muchacho! El artista sólo ha sentido la necesidad de dibujar un pecho (por exigencias del guión), y del otro se ha olvidado. El cuerpo de la mujer, en las representaciones griegas del siglo VI y primera mitad del V a. C., es concebido como el de un hombre, pero incompleto. La mujer es l'homme manqué.

En la segunda mitad del siglo V a. C., los artistas comen-zaron a explorar por primera vez la sensualidad del cuerpo femeniño. Una de las primeras figuras fue la Afrodita del frontón principal del Partenón. El cuerpo de la diosa del amor no se muestra, se sugiere, con el vestido tan pegado a la piel que nos deja adivinar el contorno de la figura indolente, abandonada, un cuerpo femenino que se ofrece por primera vez a la mirada erótica masculina. Más tarde, hacia finales del siglo V a. C., el arte sigue desarrollando este nuevo aspecto del cuerpo de la mujer, por ejemplo en la Nike que se ata la sandalia en el parapeto del pequeño templo de la Atenea Nike de la Acrópolis de Atenas, o las mujeres de sugerentes cuerpos envueltas en vestidos vaporosos llenos de pliegues elegantes y caligráficos propios de los dibujos de los vasos del pintor de Meidías, inspirados sin duda en la gran pintura desaparecida de Zeuxis o Parrasio.
El primer desnudo de mujer del arte griego es muy distinto. El cuerpo que moldea Praxíteles se reinventa con nuevos parámetros; es una imagen pública que ha de ser además asumida corno religiosa por una colectividad. Tal vez, tras un breve análisis, podamos llegar a entender un poco la desmedida reacción que produjo esta escultura, el primer desnudo artístico de mujer hecho en la historia, la Afrodita de Cnido, una auténtica atracción turística en época helenística y la estatua que más éxito tuvo de toda la Antigüedad.

El artista representó a la diosa del amor, Afrodita, en una imagen de culto. Es muy conocido el relato de Plinio de las dos Afroditas esculpidas por Praxíteles, la velada y la desnuda. Sólo cuando los habitantes de Cos rechazaron esta última, la estatua desnuda llega a Cnido, algo que, sin duda, hubiera sido difícil en otras ciudades mucho más conservadoras como Atenas. Pero el escultor, ante tanta innovación, tenía que buscar una excusa a su desnudo, y ésta fue el baño. La diosa ha sido sorprendida (antes o después de lavarse) y se tapa con las manos el sexo —aunque no mucho-, y al mismo tiempo mira al espectador y sonríe:

El templete donde estaba colocada estaba abierto por todas partes para que pudiera verse desde cualquier ángulo la efigie de la diosa, esculpida, según se creía, con el favor de ella misma. La admiración que producía no disminuía desde ningún punto. Dicen que uno, que se había enamorado de ella, se escondió durante la noche y la abrazó fuertemente y la mancha dejada sobre ella fue el indicio de su pasión.

El recinto era una thólos, un edificio circular. La imagen de la mujer se encierra en un ambiente íntimo y umbrío, en un círculo que se puede relacionar con el hogar, con el oikos, y en una acción íntima, la del baño.

Todo nos lleva aal ámbito de lo femenino, a las habitaciones «llenas de sombra» de las mujeres. ¡Qué distinto de las imágenes de los cuerpos desnudos de los varones expuestos a la luz pública desde hace más de dos siglos!

El peligro de esta imagen es que la obra de Praxíteles era tan convincente que la diosa del amor podía provocarlo. En las nalgas de mármol quedaron las huellas del encuentro amoroso del joven que cita Plinio, el cual, a la mañana siguiente, se quitó la vida arrojándose al mar. Otros viajeros menos ardientes no podían sin embargo resistirse a besar la estatua, otros lloraban de emoción al verla. Son muchos, nos dice también Plinio, los que navegaban hasta Cnido por su fama, pero era mucho más seguro ver la escultura de Afrodita en grupo que en privado. Contemplar a una diosa desnuda es siempre peligroso, y más si nos sonríe.

Ver a una mujer desnuda puede causar desgracia. Contemplar lo que no debe ser visto trajo la muerte al rey lidio Candaules. Nos lo cuenta Heródoto. El rey ponderaba la belleza de su mujer y quiso que su oficial Giges la contemplara desnuda. Él se negaba razonando: «¿Qué insana proposición me haces al sugerirme que vea desnuda a mi señora? Cuando una mujer se despoja de su túnica, con ella se despoja también de su pudor...». A pesar de la negativa, Candaules insistió tanto que Giges no pudo negarse y se escondió, siguiendo las instrucciones del rey, en el dormitorio para ver a la mujer cuando se quitara el vestido. La reina se dio cuenta y planeó una venganza, «ya que, entre los lidios —como entre casi todos los bárbaros en general-, ser contemplado desnudo supone una gran vejación hasta para un hombre». Ella llamó al oficial al día siguiente y le dijo: «Giges, de entre los dos caminos que ahora se te ofrecen, te doy a escoger el que prefieras seguir: o bien matas a Candaules y te haces conmigo y con el reino de los lidios, o bien eres tú quien debe morir sin más demora para evitar que, en lo sucesivo, por seguir todas las órdenes de Candaules, veas lo que no debes». Alguien debía morir, y Giges prefirió que fuera el otro.

En el mito hay muchos más ejemplos del peligro que supone ver a una diosa desnuda. Acteón tuvo una muerte terrible al ser devorado por sus propios perros por ver a Ártemis, y Atenea se vengó dejando ciego a Tiresias. Analizando el peligro visual del desnudo femenino, R. Olmos ha sugerido una lectura menos ingenua que la tradicional del episodio de Frine. La famosa cortesana se había bañado desnuda en el mar (como una Afrodita) y fue condenada por escándalo público.

Conducida ante el areópago, al dejar caer su vestido, los jueces tuvieron que absolverla abrumados ante tanta belleza. Pero más que un éxtasis estético lo que sintieron los jueces fue miedo. Tal vez el bello cuerpo que tenían ante ellos fuera el de una diosa y más que tener que juzgar a una prostituta exhibicionista estaban ante una incómoda epifanía divina. Contemplar a una diosa desnuda era un asunto peligroso. ¿Cómo atreverse además a condenarla?

La diosa en el Arte clásico y el Erotismo


Exponer a la vista masculina el cuerpo desnudo de una inaccesible y bella mujer produce esta inquietante sensación. ¿No contribuiría esta misteriosa sospecha de riesgo supersticioso al sorprendente éxito de la estatua de Praxíteles en la Antigüedad?

El escultor, siguiendo la tradición, toma como modelo para su desnudo femenino el masculino. Se centra la atención en la fuerza de las caderas, en la belleza del delicado rostro de recta nariz, en el elaborado peinado, y se minimiza la atención hacia los órganos sexuales, con senos pequeños y pubis depilado. Se ha especulado mucho sobre la razón por la cual este primer desnudo de mujer, que a la postre será la convención que se seguirá utilizando durante siglos en la tradición academicista occidental, se idealiza más que el masculino, pues en aquél se representaba el vello púbico y en éste no.

Algunos han sugerido que es un reflejo de la realidad, que la depilación del pubis era una práctica normal entre las mujeres riegas, provocada tal vez por una cierta fobia genital de los varones, un miedo hacia lo femenino, sobre el que me extenderé más adelante. Pero el análisis de los textos, sobre todo de la comedia, así como las representaciones en algunas imágenes en cerámica, sugieren que la costumbre y la moda eran las de una depilación parcial, un pubis «arreglado» más que totalmente depilado. Creo que la razón por la cual los griegos eligen para una imagen pública un sexo femenino depilado es la misma por la cual construyen para el varón esos característicos órganos sexuales mínimos. Son hombres y mujeres adultos con sexo infantil, es decir, inactivo, inofensivo, genérico e irreal. Así, por un lado, el desnudo se hace fácilmente asumible como modelo estético por una colectividad y, por otro, se puede identificar con los altos valores morales de una sociedad de atletas-guerreros y mujeres llenas de virtud, lejos de los ofensivos cuerpos sexualmente activos de sátiros o prostitutas.

A partir de la imagen de Praxíteles se copia de manera más o menos imaginativa una serie de Afroditas durante todo el período helenístico, utilizando casi siempre la misma excusa iconográfica: el baño en el cual son sorprendidas. Una de las más famosas en la actualidad, y de las más tardías, es la Venus de Milo, y una de las más bellas y de mayor sugerencia erótica es la llamada Afrodita Calipigia o de las bellas nalgas, hallada probablemente en la Domus Áurea de Nerón y tal vez inspirada en un original en bronce de circa. 300 a. C.

El esquema sigue siendo el del baño, y quizá la diosa se esté aquí secando con una toalla, pero la forma en que esta mujer se aparta el vestido y mira hacia atrás, contemplándose, es mucho más provocativa que en otras estatuas. Extraña mezcla -a nuestros ojos- entre arte religioso y striptease. Aunque tal vez la pose se haya modificado ligeramente en la restauración, el tipo de mujer que se mira sus nalgas es conocido en otros ejemplos. El gesto de iniciación religiosa, relacionado con la exposición de los órganos genitales y que algunos han ligado a la prostitución ritual, sugiriendo que esta Afrodita Calipigia copiara alguna imagen de culto procedente del templo de Afrodita en Siracusa; pero esto dista mucho de estar probado y se ha llegado a decir que la estatua tal vez no represente siquiera a Afrodita sino a una bailarina o a una mortal, ya que el tipo difiere mucho del resto de las Afroditas, pero para este discurso es irrelevante.

Entre las formas de hacer el amor que encontramos representadas en Grecia y en Roma la más frecuente sin duda es la aproximación del varón a la espalda de la mujer. Es una postura tomada de la relación pederasta, y esta preferencia, tantas veces atestiguada en las imágenes, termina por confundir y contagiar una parte del cuerpo con la otra, pues para el culo se emplean los mismos términos que para el sexo femenino (higo, botón de rosa...)El mirar a una mujer desde atrás puede resultar de una ambigüedad suficiente, según quien la mire. El homosexual que ve la Afrodita de Praxíteles se emociona al ver su espalda, y el heterosexual al verla de frente.

Otros datos quizá nos permitan entender (o nos confundan más) cómo se convierten las nalgas femeninas en una preferencia sexual en el mundo clásico. En la época arcaica, encontramos en una mención de Ateneo que las mujeres en Esparta competían y se juzgaban entre sí en un concurso sobre la belleza de las nalgas en el templo de Atenea Calípige, lo que nos sitúa en un nuevo contexto, el de la mirada homoerótica femenina. Mucho tiempo después, en el siglo II d. Q, la misma mirada es recogida por Alcifrón, cuyo texto nos deja compartir un instante que parece animar de movimiento a nuestra estatua de la Afrodita «de las bellas nalgas»: «Lo más divertido fue la discusión que enfrentó a Trialides y Mirrina: se trataba del trasero, de quién lo tenía más bello y delicado. Mirrina, para empezar, se soltó el cinturón -su túnica era de seda- y bajo aquel velo transparente se puso a mover las nalgas, y volvía la cabeza hacia atrás para controlar el movimiento del trasero; luego comenzó a emitir suaves gemidos, como si estuviese haciendo aquella cosa que, por Afrodita, no dejó de turbarme».

El cuerpo desnudo de la mujer jamás tuvo en Grecia (y menos en Roma) las mismas connotaciones positivas que el dominante cuerpo masculino. Lo femenino es para los griegos lo que está más próximo a la naturaleza, en lo que ésta tiene de salvaje e irracional. Los cuerpos desnudos son eróticamente deseables, el de la mujer y el del varón, pero este último además tiene un carácter noble y heroico. Con el paso del tiempo, el desnudo del hombre se generaliza en toda la iconografía del arte griego, regia, funeraria, votiva. El cuerpo de la mujer, sin embargo, no representa más que a una diosa, la del amor.
¿Qué mejor ingenio podemos encontrar para resumir el objeto de deseo erótico para un griego que el hijo de Afrodita y Hermes? En el hermafrodita se une la visión trasera del cuerpo de una mujer que se abandona al sueño con el espléndido manejo de la sorpresa propio del helenismo. Al girar alrededor de la estatua encontramos que l'homme manqué es un ser completo.


Fuente: Historiadelarte.us

Arte clásico y erotismo - El hombre

Desde finales del sigloVIII a. C. el desnudo es exclusivo del varón6 (el desnudo femenino no aparece hasta siglos después); sólo los griegos se desnudan y sólo se presenta así el hombre que es bello, aquel que tiene un cuerpo bien articulado. En Grecia es el hombre libre que posee ocio, el que no necesita trabajar, el que se entrena diariamente en la palestra y lo hace desnudo (gymnós). Para ello se construyen en las ciudades espacios reservados, apropiados para esta actividad: los gymnasia. La desnudez deportiva o atlética llega a convertirse en un acto social que se relaciona con los hombres libres y terminará utilizándose en Grecia como un elemento de autoconciencia racial y cultural de la unicidad de los griegos.

Se ha señalado muchas veces que el origen del desnudo masculino pudo surgir de la expresión de iniciaciones rituales y atléticas que probablemente se pueden remontar a la segunda mitad del siglo VIII a. C.7 El desnudo en los ritos de paso ligado a prácticas de pederastia iniciática pudo estar en la base de lo que terminará siendo el desnudo atlético y heroico de los griegos y también de la institucionalización social de la homosexualidad. Parece, según la tradición antigua, que todo comienza en Creta y continúa en Esparta8. En esta ciudad, durante las fiestas llamadas Gymnopaidiai, los hombres competían y bailaban desnudos. También las mujeres espartanas practicaban deporte, cantaban y bailaban desnudas en determinados festivales y ante la mirada de los hombres, lo que algunos autores como Platón o Plutarco explican de forma pragmática (no sintieron la necesidad de explicar el desnudo masculino): servía para inflamar el deseo en los hombres que de esta manera elegían a la mejor de las mujeres capaz de concebir una sana prole. Pero este desnudo femenino desaparecerá y el arte sólo cultivará el masculino.

El desnudo público de los atletas -que ya aparece representado en la cerámica corintia hacia el 650 a. C.— está ligado a las competiciones en los festivales panhelénicos como Olimpia. Tal vez estos juegos tuvieron su origen en ritos de paso y fueron establecidos en honor de algún héroe local, lo que relaciona de nuevo esta costumbre con un acto ritual e iniciático. Según la explicación que daban los propios griegos, todo empezó con un accidente. El primero en desnudarse, Orsipo de Mégara, corría el estadio en la Olimpiada 15 (720 a. C.) cuando perdió el vestido en la carrera (o bien se desembarazó de él para poder ser más rápido)9 y siguió corriendo hasta la meta; después Acanto de Esparta le imitó y corrió desnudo, estableciendo así esta costumbre desde el siglo VIII a. C.

Si el desnudo se liga a la actividad, al deporte y a la acción, las primeras obras artísticas de hombres desvestidos representan a seres inmóviles: los kouroi o muchachos. Se trata de hombres jóvenes e imberbes, de la edad más bella, la efebía, que avanzan hacia nosotros con una pierna, el torso frontal y rígido, los brazos pegados al cuerpo, repitiendo una y otra vez el prototipo egipcio del Imperio Nuevo del que son deudores, pero con una importante novedad: están desnudos. Los primeros kouroi tienen un tamaño extraordinario, mucho mayor que el natural, que alcanza a veces más de tres metros de altura. Hallados en santuarios y necrópolis, su imponente presencia provoca temor y protege el espacio sagrado y la tumba.


Erotismo en el arte antiguo



Estas primeras estatuas ponen de manifiesto el inquietante poder del desnudo que atemoriza y que Grecia y Roma conservarán bajo la forma del falo durante muchos siglos. Pero enseguida los kouroi se reducen al tamaño humano e inundan, a lo largo del siglo VI a. C. y primeros años del V a. C., santuarios y necrópolis en todas las ciudades griegas. Son imágenes que ya no provocan temor. Se destacan en ellos otros rasgos: la belleza de los cuerpos de adolescentes de largas y cuidadas cabelleras, la imagen del noble, del áristos, del primero, de aquel que posee arete, virtud. Entre los griegos la belleza encierra virtud, y la virtud se expresa en la belleza. Se ha construido la imagen genérica del hombre perfecto. El desnudo se ha convertido en un vestido.

Esta construcción es muy precisa y se repite casi sin variación durante siglos, tanto en la escultura como en la pintura de los vasos. La atención se dirige al bello rostro de recta nariz, al largo cabello cuidadosamente peinado, a los músculos del abdomen que tienden a formas geométricas, marcados por líneas paralelas al principio, moldeados después; o a los exagerados pliegues inguinales que rodean como un cordón el cuerpo en las primeras esculturas y que, aunque mucho más realistas después, seguirán destacándose siempre. Son cuerpos de atletas ejercitados cada día en la palestra. El pecho y la espalda son anchos, y las piernas y los glúteos fuertes. Los genitales, reducidos al mínimo tamaño, se construyen siempre igual: un pene delgado y corto, terminado en un largo prepucio y un escroto muy desarrollado, la imagen de un sexo infantil. Más de un siglo después, el ideal griego del cuerpo lo describe cómicamente Aristófanes: «el pecho fuerte, la piel brillante, los hombros anchos, la lengua corta, el culo grande, la polla pequeña».

El hombre superdotado no es sinónimo de virilidad en el mundo griego, al contrario. Un héroe como Heracles tendrá unos pequeños y civilizados genitales, como todos los hombres bellos. Con una pequeña y respingona nariz y un gran falo, los griegos dibujan la fealdad y la alteridad. Un pene enorme es ajeno a la belleza y pertenece a seres monstruosos como los sátiros, los centauros, los bárbaros o los viejos.

El curioso hecho de que los griegos practicaran deporte totalmente desnudos se ha explicado en ocasiones como una forma de testificar el poder de autocontrol del atleta, obligado a una abstinencia sexual de varias semanas antes de la competición. Aunque esta explicación es claramente insuficiente, tal vez tenga que ver con la exhibición de la moderación propia de un cuerpo entrenado y disciplinado, una curiosa costumbre relacionada con el mundo de los atletas en la Grecia antigua; la «preparación», antes del ejercicio, del pene, la infibulación o, tal vez, mejor que utilizar el término romano sea más apropiado referirse a esta práctica con uno de los términos griegos: kynodesmé o «lazo de perro». Consiste, como bien vemos en la crátera de Eufronios de Berlín, en estirar el prepucio con una mano y ceñirlo con una cinta de tal modo que no quede al descubierto el glande. El atleta de la izquierda está atándose una cinta mientras que un hombre vestido, tal vez un juez, señala los genitales de un discóbolo que no está infibulado. Esta costumbre se ha interpretado de varias maneras: como una solución higiénica, como una forma de asegurarse el control del propio falo o, lo que es mucho más probable, como una cuestión tanto práctica como estética. Para los griegos la vista de un cuerpo bello y perfecto era tan estimulante que algunos hábitos de otros pueblos de la Antigüedad, como la circuncisión, les parecían algo extraño y feo. Así describe Heródoto al «extremadamente piadoso» pueblo egipcio que «practica la circuncisión por razones de higiene, pues prefieren ser limpios a tener mejor aspecto»13. Visualmente en muchos vasos el resultado de la infibulación, ya que no se ven restos de la cinta, es un pene «rizado», como el de los sátiros que observan a su compañero malabarista en el famoso psykter de Londres, tratados aquí como esforzados deportistas, parodia del mundo civilizado de los atletas. Porque los hombres con falo infibulado suelen aparecer en contextos atléticos o en escenas relacionadas con algún ritual religioso o cívico, tal vez como señal de respeto o como connotación de sujeto ultra civilizado.

El desnudo masculino en el arte aparece en Grecia en una fecha muy temprana, a finales del siglo VII a. C., un invento que se va a convertir en uno de los más longevos en la historia del arte occidental. Las bellas estatuas de jóvenes que expresan excelencia física y virtud moral se levantan al aire libre, al alcance de la mano, en santuarios, necrópolis, ágoras. La mirada era táctil, su visión no dejaba de provocar sin duda un efecto en la libido (masculina, por supuesto). No eran imágenes neutras. Las historias míticas sobre estatuas que cobran vida o que provocan incluso pasiones eróticas son bien conocidas por los griegos. Volveré sobre esto más adelante. Si es a través de la mirada, de la luz que emanan los ojos, por donde penetran el deseo y el amor, algo tan bello como la imagen en mármol (o en bronce más tarde) de un hermoso cuerpo desnudo no podía dejar de provocarlos.

Un grupo escultórico ilustra, mejor que ningún otro, la fuerza del deseo homoerótico. El emperador Adriano se hizo una copia para su villa en Tívoli, que hoy se conserva en el museo de Nápoles. El grupo de Los Tiranicidas, hecho en 478 por Critios y Nesiotes para sustituir la anterior obra de Antenor robada por los persas, fue una de las obras más importantes e influyentes del arte ateniense. Los asesinos del tirano Hiparco eran dos amantes. El tirano deseaba, y molestaba, al joven Harmodio y, por defenderle, su erastés o amante, el barbado Aristogitón, decide darle muerte ante la multitud en el momento de la celebración de las fiestas ciudadanas. Saliendo del gentío, el joven levanta la espada, frente a Hiparco, mientras Aristogitón extiende el brazo para protegerle. La imagen, tal y como se reproduce aquí (que es la más habitual en los libros), hace que miremos la escultura desde un ángulo imposible en la Antigüedad, de frente, de tal manera que el espectador se coloca en el lugar del tirano, algo imposible, detestable, y también inviable en la realidad, pues delante de la escultura en el Agora de Atenas había una estela que impedía que ningún espectador se convirtiera en agredido. La mirada en la Antigüedad debió de ser lateral, tal y como atestiguan algunos vasos áticos.

Convertida en paradigma de la democracia de Atenas, la estatua en bronce de Los Tiranicidas se exhibía en la plaza de la ciudad, en el mercado o Ágora. ¿Paradoja del destino que un «lío de faldas» llegue a convertirse en la imagen más heroica de la ciudad, en la representación visual de la primera democracia del mundo? No. La obra de Critios, thauma idesthai, maravilla de ver, canaliza visualmente la ideología ateniense de la época. Integridad, austeridad, valentía e imagen noble del deseo viril es lo que convierte a estos dos amantes en modelo de virtud, de coraje y en la materialización misma del excelente modo de gobierno ateniense.


Fuente: Historiadelarte.us

Arte celta

El término arte celta alude a las expresiones artísticas de los llamados pueblos celtas. Es, sin embargo, una categoría subjetiva y discutida, tanto como el propio concepto de "civilización celta", ya que se aplica a un período de tiempo muy dilatado y a múltiples culturas relacionadas pero diferentes entre sí.

De hecho, la expresión "arte celta" se emplea sobre todo en relación al arte pagano tardío y cristiano temprano de las islas británicas, cuya más notable expresión son los manuscritos ilustrados altomedievales ricamente ornamentados con elementos estéticos propios del arte nativo insular. Ejemplos son el Libro de Kells, el Libro de Durrow o los Evangelios de Lindisfarne. También destacan las piedras pictas escocesas, cálices, broches y cruces celtas.

El arte celta insular, con sus característicos motivos de lazos y espirales, está estrechamente relacionado con (e influenciado por) el arte ornamental y zoomórfico vikingo, sobre todo el estilo Borre.

Características:

  1. Abstracción geométrica: se desmaterializa el arte, guardando sólo las líneas esenciales de la figura representada o incluso prescindiendo totalmente de ella (espirales, entrelazados, etc.). Las formas se reducen a esquemas geométricos.
  2. Creatividad: muchas veces la obra solo es un pretexto para dar rienda suelta a la técnica y la imaginación del artista.
  3. Horror vacui: el llamado horror al vacío, acuñado por los romanos (véase la Columna de Trajano) también es muy característico del arte celta. No se encuentra prácticamente ningún punto vacío en el espacio dispuesto por el artista.
  4. Zoomorfismo: los animales, sean una especie existente o bien de carácter fantástico, tienen preferencia a la hora de ser incluidos en la decoración céltica. Probablemente estas figuras tuvieron en su origen un carácter totémico.
  5. Predominancia de lo ornamental sobre el contenido: el artista celta puede situar una escena en el centro de la obra pero siempre se recreará en los adornos secundarios, que parecen ser lo más atractivo para él y que reflejan mejor su manera de expresarse.

En resumen, el arte céltico se caracteriza por su simbolismo y gusto por la geometría, produciendo una sensación de "caos ordenado" con sus formas abigarradas pero simétricas. No desconoce cierto naturalismo, pero estiliza lo plasmado huyendo del realismo total.

Obras del Arte Celta


El Arte Celtíbero

Su construcción más característica son los castros, poblados con recintos amurallados levantados en las cimas de los montes, que se localizan en las áreas ocupadas por los celtas en el valle del Duero o en Galicia: Las Cogotas (Ávila) y Castro de Santa Trega (Pontevedra), respectivamente.

Algo más tardía y en relación con la cultura ibérica, son las ciudades de los arévacos, algunas de ellas con gran desarrollo urbanístico como en Numancia, y otras más primitivas, excavadas las casas y calles sobre la roca como en Termancia.

La escultura está representada fundamentalmente por los verracos, figuras de animales que se asemejan a toros, protectores de la ganadería. Son característicos de esta escultura animalista los Toros de Guisando (Ávila).


Fuente: Wikipedia

Efebo de Motia

El Efebo de Motia, también conocida como Giovinetto di Mozia, es una escultura que data del año 480 a. C., (Siglo V a. C.), conservada en el Museo Whitaker, en la isla de Motia, en Italia. Aunque se cree que fue esculpida por artistas de la Antigua Grecia, se halló en territorio fenicio de Sicilia. Los fenicios fueron un pueblo originario de Fenicia, una antigua región de oriente próximo, que se extendía a lo largo de la costa oriental del Mediterráneo, en la costa del actual Líbano, desde los alrededores de Ras Naqura, hasta la desembocadura del río Orontes, al norte, entre Siria, Israel y el Mar Mediterráneo.

La escultura fue hallada por arqueólogos italianos de la Universidad de Palermo, incluyendo Gioacchino Falsone1 en octubre del año 1979, durante unas excavaciones, enterrada cerca del antiguo santuario de Melqart situado en la localidad de Cappidazzu, lugar perteneciente a la isla de Motia (Motya, Μοτύη), antigua colonia fenicia, actualmente conocida como isla de San Pantaleón. Fue una ciudad del oeste de Sicilia, entre Drepanum y Lilibea, situada en una pequeña isla, a 1 km de la costa, a la que estaba unida por un paso artificial. Fue colonia fenicia, probablemente sólo un centro comercial, que se convirtió en ciudad con el tiempo. Los griegos decían que había sido fundada legendariamente por una mujer llamada Motia, y la conectaron con Heracles.

  • Estilo: estilo clásico temprano griego.
  • Material: Mármol blanco anatólico.
  • Altura: 180 centímetros aproximadamente.

Simbología

Según el arqueólogo italiano Gioacchino Falsone, la escultura representa a Melqart, divinidad fenicia de la ciudad de Tiro, a la que estuvo consagrado primitivamente el templo de Heracles en la antigua ciudad de Cádiz. Su culto centrado en el fuego sagrado de las ciudades, se extendió por todas las colonias de Tiro siendo la forma fenicia del dios Baal.

Originariamente era un dios agrícola, del campo, la vegetación, la fecundidad y la primavera, por lo que su ritual comprendía una serie de ritos de muerte y resurrección cíclicos anuales, coincidentes con las estaciones del año; No obstante, también era un deidad marina, pues era un divinidad de carácter sincrético. Pasó luego a ser considerado «rey de la ciudad», que es el significado etimológico de su nombre (melk, rey), y como patrono de la ciudad de Tiro, se transformó también en dios de la colonización y de la protección de la navegación.

Efebo de Motia



Fuente: Wikipedia

martes, 26 de abril de 2016

Ilusión óptica

Una ilusión óptica es cualquier ilusión del sentido de la vista que nos lleva a percibir la realidad de varias formas. Estas pueden ser de carácter fisiológico asociados a los efectos de una estimulación excesiva en los ojos o el cerebro (brillo, color, movimiento, etc., como el encandilamiento tras ver una luz potente) o cognitivo en las que interviene nuestro conocimiento del mundo (como el Jarrón de Rubin en el que percibimos dos caras o un jarrón indistintamente).

Las ilusiones cognitivas se dividen habitualmente en ilusiones de ambigüedad, ilusiones de distorsión, ilusiones paradójicas e ilusiones ficticias (alucinaciones) donde las imágenes no son perceptibles con claridad por el ojo humano, ya que nuestro cerebro sólo puede asimilar una imagen a la vez. En conclusión, el cerebro humano sólo puede concentrarse en un objeto, por lo que, cuando se presentan dos formas en una sola imagen, se ocasiona confusión y el cerebro entra en desorden, con lo cual este lleva a ver otra visión de lo visto.

Las ilusiones ópticas no están sometidas a la voluntad y pueden variar entre una persona y otra dependiendo de factores como la agudeza visual, la campimetría, el daltonismo, el astigmatismo, entre otros.

Entender estos fenómenos es útil para comprender las limitaciones del sentido visual del ser humano y la posibilidad de distorsión en lo relativo a la forma, el color, la dimensión y la perspectiva de lo observado.

Muchos artistas han aprovechado las ilusiones ópticas para dar a sus obras un aspecto mágico, de profundidad, de ambigüedad y contrastes.

Las ilusiones ópticas fisiológicamente ocurren durante la conexión del hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro; gracias a esto tenemos la capacidad de percepción.

Algunas ilusiones ópticas son:

  • Ilusión de la cuadrícula
  • Espejismo
  • Holograma
  • Estereograma
  • Irradiación

Muchos artistas han trabajado con las ilusiones ópticas. Algunos son:

  • Octavio Ocampo
  • Maurits Cornelis Escher
  • Salvador Dalí
  • Giuseppe Arcimboldo
  • Marcel Duchamp
  • Oscar Reutersvär

La ilusión óptica también está en el cine al usar ciertos efectos vinculados con la animación, la cual se considera una ilusión óptica al dar la sensación de movimiento a una imagen.

Ilusiones ópticas



Fuente: Wikipedia

M. C. Escher

Maurits Cornelis Escher (Leeuwarden, Países Bajos, 17 de junio de 1898-Hilversum, Países Bajos, 27 de marzo de 1972), más conocido como M. C. Escher, fue un artista neerlandés conocido por sus grabados xilográficos, sus grabados al mezzotinto y sus dibujos, que consisten en figuras imposibles, teselados y mundos imaginarios.

Su obra experimenta con diversos métodos de representar (en dibujos de 2 o 3 dimensiones) espacios paradójicos que desafían a los modos habituales de representación.

Biografía

No fue precisamente un estudiante brillante, y solo llegó a destacar en las clases de dibujo. En 1919 y bajo presión paterna, empieza los estudios de arquitectura en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, estudios que abandonó poco después para pasar como discípulo de un profesor de artes gráficas, Jesserum de Mesquita. Adquirió unos buenos conocimientos básicos de dibujo, y destacó sobremanera en la técnica de grabado en madera, la cual llegó a dominar con gran maestría.

Entre 1922 y 1935 se traslada a Italia donde realiza diversos bocetos y grabados principalmente de temas paisajistas. Abandona Italia debido al clima político de aquellas fechas, trasladándose a Suiza, y pasó algunos años allí, cuyo clima le resultó muy desagradable y poco inspirador. Añora el sur de Italia y lo frecuenta repetidas veces. También viaja a España, y en particular a Granada. Visita dos veces la Alhambra, la segunda vez de forma más detenida, copiando numerosos motivos ornamentales. Lo que aprendió allí tendría fuertes influencias en muchos de sus trabajos, especialmente en los relacionados con la partición regular del plano y el uso de patrones que rellenan el espacio sin dejar ningún hueco.

En 1941 se muda a Baarn, Países Bajos, después de una estancia difícil en Bélgica durante la Segunda Guerra Mundial. Parece que debido al habitual mal tiempo de esa región, donde los días soleados se consideran una bendición, es por lo que abandona los motivos paisajísticos como modelos y se centra más en su propia mente, encontrando en ella una potentísima fuente de inspiración. Hasta 1951 vivió básicamente dependiendo económicamente de sus padres. A partir de entonces fue cuando comenzó a vender sus grabados y obtener un buen dinero por ellos. Esto le permitió vivir sus últimos años con una economía personal excelente. Generalmente hacía copias de las litografías y grabados por encargo. También hizo por encargo diseños de sellos, portadas de libros, y algunas esculturas en marfil y madera. En cierto modo le resulta gratificante y a la vez fácil, y se admiraba de tener en su taller una especie de «máquina de fabricar billetes» reproduciendo sus propias obras. Normalmente no usaba elementos de obras anteriores en las nuevas, excepto en los encargos especiales. Hacía, por ejemplo, esculturas en madera basadas en algunos de sus dibujos, y para algunas peticiones especiales reciclaba parte de las ideas y elementos de obras anteriores. Quizás por ello en este período su producción sea tan fructífera y regular, y sólo se verá interrumpida por la operación que sufrió en 1962, consecuencia de su debilitada salud. En 1969, con 71 años, realiza su grabado Serpientes donde demuestra sus facultades a pesar de su avanzada edad.

En 1970 se traslada a la Casa Rosa Spier de Laren, al norte de los Países Bajos, donde los artistas podían tener estudio propio. Murió dos años más tarde, en Hilversum, el 27 de marzo de 1972 a la edad de 74 años, y fue enterrado en el cementerio de Baarn.

Obras de M. C. Escher


A lo largo de su carrera realizó más de 400 litografías y grabados en madera, y también unos 2000 dibujos y borradores. De muchos existen decenas de reproducciones, cientos e incluso miles de otros. Al final de su carrera destruyó algunas de las planchas para que no se realizaran más reproducciones de originales. También existen estudios y borradores de muchas de sus obras, en ocasiones también varias versiones de algunas de ellas. Muchas de sus obras se vendieron masivamente poco después de su muerte y están esparcidas por el mundo. Un grupo importante está expuesto de forma permanente en el Museo Escher en La Haya, Holanda.

Como artista, M. C. Escher resulta difícil de clasificar. Se han hecho múltiples interpretaciones de sus obras, pero la realidad es que Escher no tenía grandes pretensiones ni mensajes que transmitir, sino que básicamente plasmaba lo que le gustaba. No basaba su trabajo en los sentimientos, como otros artistas, sino simplemente en situaciones, soluciones a problemas, juegos visuales y guiños al espectador. Visiones, en ocasiones, que le sobrevenían por las noches, que pasaban por su imaginación y que creía merecedoras de ser plasmadas en sus cuadros.

Él mismo reconocería que no le interesaba mucho la realidad, ni la humanidad en general, las personas o la psicología, sino sólo las cosas que pasaban por su cabeza. En cierto modo era alguien introvertido, dicen incluso que de trato difícil, que prefería crear su propio universo.

Los expertos coinciden, y es bastante evidente examinando la mayor parte de sus obras, en que una de sus principales características es la dualidad y la búsqueda del equilibrio, la utilización del blanco y el negro, la simetría, el infinito frente a lo limitado, el que todo objeto representado tenga su contrapartida.

El análisis de sus obras, tal y como definió Bruno Ernst, uno de sus biógrafos y amigo personal, permite clasificarlas básicamente en tres temas y diversas categorías:

La estructura del espacio – Incluyendo paisajes, compenetración de mundo y cuerpos matemáticos.
La estructura de la superficie – Metamorfosis, ciclos y aproximaciones al infinito.
La proyección del espacio tridimensional en el plano – Representación pictórica tradicional, perspectiva y figuras imposibles.

Las obras más conocidas de Escher son probablemente las figuras imposibles, seguidas de los ciclos, metamorfosis y, directa o indirectamente, sus diversos trabajos sobre la estructura de la superficie y la partición regular del plano (patrones que rellenan el plano o teselado).

Gran parte de su obra se guarda en el Museo Escher (Escher in het paleis) en La Haya (Holanda).


Fuente: Wikipedia

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Hugo van der Goes

Hugo van der Goes (Gante, h. 1440 – Auderghem, 1482) fue un pintor flamenco, de la pintura gótica del siglo XV, estilo flamenco.

Nacido en Gante, es poco lo que se sabe sobre su vida. Entró en la guilda o gremio de artistas en 1467. Las primeras informaciones ciertas sobre este pintor lo sitúan en los años 1460 en Brujas donde colabora con la decoración en las fiestas en honor de las bodas del duque de Borgoña, Carlos el Temerario. Más tarde fue elegido decano del gremio, desempeñando este cargo desde 1473–4 al 18 de agosto de 1475. Ya en vida gozó de amplia fama, teniendo encargos tanto de los burgueses como de la aristocracia. Estuvo igualmente empleado por el gobierno de la ciudad como pintor de gonfalones, estandartes y otras pinturas temporales necesarias para las ceremonias de la época.

Al sufrir enfermedad mental, se retiró como hermano lego al monasterio Rodeklooster (Claustro Rojo), cerca de Bruselas alrededor de 1478 con la esperanza de que, viviendo en un monasterio, se recobraría de su depresión. No interrumpió completamente su actividad, pues es por esta época cuando realizó su Muerte de la Virgen, donde se transparenta una tensión dramática más aguda, traducida por la irrefrenable animación expresiva de los personajes. Van der Goes intentó suicidarse en 1480, y murió dos años más tarde.

En su obra acusa la influencia de autores como Jan Van Eyck y Rogier van der Weyden que habían logrado representar con solvencia el cuerpo humano y el acabado realista en el detalle. Posteriormente conoce sin duda algunas obras italianas contemporáneas, y este contacto influye sobre él, en el sentido de acabar en una ordenación más monumental del espacio. Es un pintor que se esfuerza por romper con los modelos creados, aumentando la expresividad de los gestos y la fisonomía, no descartando representar lo que pueda ser desagradable.

Obras de Hugo van der Goes


Listado de Obras de Robert Campin
  • Tríptico Portinari, Galería de los Uffizi, Florencia. Es su obra más famosa y una de las más hermosas del arte flamenco, 1476 - 1477.
  • Muerte de la Virgen, h. 1480, Museo Groeninge, Brujas. Esta obra tuvo gran repercusión en el ámbito flamenco. Fue revolucionaria por los escorzos, las disposiciones de las masas y penetración psicológica de los personajes.
  • Retrato de donante con san Juan Bautista, h. 1475-80, Museo Walters, Baltimore
  • Díptico de Viena, El pecado original, y El llanto por la muerte de Cristo y Santa Genoveva, Kunsthistorisches Museum, Viena. H. 1470-1475. Este díptico sobre tabla revela la influencia de Van Eyck y Van der Weyden.
  • Adoración de los Reyes llamada Retablo de Monforte, por provenir de la pinacoteca del Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, en Monforte de Lemos (Lugo) h. 1480, Gemäldegalerie, Berlín. Revela la influencia del conocimiento de obras italianas contemporáneas.
  • Adoración de los pastores, 1480, en la Gemäldegalerie de Berlín
  • Altar de la Trinidad, cuatro paneles, 1478, Colecciones Reales, Reino Unido.
  • Retrato de un donante, colección H.O. Havemeyer, legado de H.O. Havemeyer, 1929, Metropolitan Museum, Nueva York, h. 1480
  • Descendimiento de Cristo, h. 1480, Ermitage, San Petersburgo

lunes, 21 de septiembre de 2015

Petrus Christus

Petrus Christus o Petrus Cristus (Baarle, en las proximidades de Breda, 1410/1420 - Brujas, 1473). Pintor flamenco.

Fue sucesor de Jan van Eyck entre 1442 y 1450, razón por la cual algunas de sus obras han sido atribuidas en ciertas ocasiones a su maestro. Al igual que él, Christus es incluido en el Renacimiento Nórdico o en la Ars Nova pictórica, aunque en su obra se mantienen más patentes las reminiscencias góticas al mismo tiempo que resulta un precursor del genuino Renacimiento en la Europa septentrional.

Se conoce la actividad de Petrus Christus en Brujas desde 1444; poco después marchó a Italia en donde recibió el influjo de Antonello da Messina, así es que Petrus Christi deviene en un temprano ejemplo del uso de la perspectiva en la Europa del norte. Esto se puede comprobar en Virgen con dos santos que realiza al volver a Flandes. De regreso a Flandes, es desde 1452 cuando se aprecian en su obra las evidentes influencias de Dirk Bouts, Rogier van der Weyden y Robert Campin.

Su pintura, casi en su totalidad realizada con óleo mediante veladuras, y principalmente de temática religiosa, se caracteriza por la minuciosidad en la ejecución y el uso armónico de colores nítidos. Ambos recursos facilitan la impresión de atmósferas de intimismo y recogimiento; esto se potencia con los volúmenes redondeados de los cuerpos y una tendencia a la síntesis que produce un interesante efecto al contrastar las redondeces con elementos secamente rectilíneos y angulosos. Ejemplo de ello es el retrato llamado Joven Muchacha; en tal obra la desconocida mujer retratada irradia un aura de dignidad y discreción que logra un efecto fascinante: el de una tierna sensualidad, la suya se trata de una mirada íntima bastante alejada del frío realismo de sus contemporáneos flamencos.

Por esto, Petrus Christus fue el maestro más importante de Brujas tras la muerte de Jan Van Eyck.

Obras de Robert Campin


Listado de Obras de Petrus Christus
  • San Eloy, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
  • La deposición, en el mismo museo.
  • Virgen y el Niño, Museo del Prado de Madrid.
  • La natividad, Galería Nacional de Arte, Washington.
  • Dos donantes, en el mismo museo.
  • Retrato de muchacha, Gemäldegalerie de Berlín.
  • Retrato de un cartujo, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
  • Cabeza de Cristo, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.


Fuente: Wikipedia

viernes, 18 de septiembre de 2015

Hans Memling

Hans Memling (Seligenstadt (Alemania), hacia 1423/1443 - Brujas, 1494) fue un pintor flamenco activo en Brujas (Bélgica) en el período de su declive político y comercial.

No se sabe demasiado sobre la vida de este pintor. Posiblemente de origen alemán, se piensa que se formó en algún taller de la zona del Rin o de Colonia. Está documentada su presencia en Bruselas en 1465 y en Brujas en 1466. En 1467 ingresó en la corporación de pintores de Brujas. Muchos autores defienden la teoría (reforzada por la hipótesis de Panofsky) de que fue discípulo de Rogier van der Weyden, aunque no hay documentación alguna que lo demuestre; también lo influyó Dirk Bouts, entre muchos otros. Fue un pintor muy popular, amasando gracias a su arte una fortuna considerable y llegando a ser registrado como burgués. Le llegaron encargos de otros países, como Inglaterra o España. De hecho, fue uno de los pintores favoritos de Isabel I de Castilla.

Junto a Gérard David, pertenece al grupo de pintores que recogen la tradición flamenca y reiteran las formas anteriores. Su estilo es suave y delicado, con figuras bellas y magnífico colorido. Aporta una concepción germánica, sensual, de la belleza humana y de los destacados fondos paisajísticos de sus cuadros.

Suele ser pintor de Vírgenes con el Niño, rodeada de ángeles músicos. Normalmente se trata de dípticos y tríptitcos en que la Virgen está en una tabla y, en la otra, los donantes. No obstante, con el transcurso de los siglos, las tablas han acabado separadas en muchos casos.

Obras de Hans Memling


Listado de Obras de Robert Campin
  • El Juicio Final, conservado en el Museo Nacional de Gdansk, en Polonia.
  • Arqueta de Santa Úrsula o Caja de las Reliquias de Santa Úrsula y de las Once Mil Vírgenes (antes de 1489), donde se encuentran las reliquias de Santa Úrsula, conservada en el Museo Memling de Brujas.
  • En el Museo del Prado se conservan una Virgen con el Niño y ángeles y el Tríptico de La Epifanía, formado por las tablas de la Natividad, La Adoración de los Magos y La Purificación, que perteneció a Carlos V. En la tabla central (La Adoración) aparecen retratados como donantes Felipe el Bueno y Carlos el Temerario.
  • Retablo de la Virgen, 1468, National Gallery de Londres.
  • Tríptico de las Bodas místicas de Santa Catalina, 1479, Museo Memling, Brujas.
  • Díptico de la Virgen con Maarten van Nieuwenhove, 1487, Museo Memling, Brujas.
  • Escenas de la vida de la Virgen, 1480, Alte Pinakothek, Múnich.
  • La Virgen y el Niño Jesús, Uffizi, Florencia.
  • Retrato de hombre con bodegón en el reverso, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
  • Retrato de un joven rezando, h. 1480-1485
  • Retrato de una anciana c. 1470 Museo del Louvre, París,
  • La Piedad, Palazzo Doria-Pamphili, Roma.
  • Tablas de Almazán.


Fuente: Wikipedia