lunes, 22 de junio de 2015

El Arte Prehistórico - Apuntes Generales

ARTE PREHISTÓRICO ANTIGUO

DIVISIÓN DE LA PREHISTORIA

Éste periodo se divide en dos edades que consisten en varios periodos los cuales son:

Edad de Piedra.

  • Periodo Paleolítico: Significa piedra antigua. Se subdivide en inferior (de la piedra exclusivamente tallada: bifaciales y lascas), medio (lascas y hojas) o más antiguo, y superior o más reciente. se desarrolló una cultura cuando el clima era cálido y cuya raza fue el hombre de Neanderthal. En el Paleolítico Superior hay un clima glaciar y el hombre fue el de Cro-Magnon. También el reno va siendo sustituido por el aumento de la temperatura.
  • Periodo Mesolítico: Es el periodo intermedio entre ambas edades.
  • Periodo Neolítico: Significa piedra nueva o pulimentada.

Edad de los Metales.

Tiene dos grandes eras:

  • Edad del Bronce, del siglo xxv a. de J.C., al ix a. de J.C.
  • Edad del Hierro; esta última a su vez ha sido subdividida en la poca de Hallstatt y de la Tène. La última termina en el siglo v a. de J.C. y la primera parece que comenzó en el ix a. de J.C.

Características

Los primeros instrumentos de piedra proceden de la región francesa de Chelles y tiene exponentes en Italia, España y norte de África.

El hacha se transforma, las hojas son más retocadas al escasear el vegetal, la lanza cobra mayor importancia y en vez del elefante o del rinoceronte se caza el mamut y el caballo, as¡ como el reno.

Comienza el hombre a trabajar los huesos de los animales sacrificados e inventa el curtido de la piel; descubre también el fuego, la cestería, la trampa para la caza y las redes para la pesca.

ARTE Y SOCIEDAD

Se designa con el nombre de arte y cultura prehistóricos a los de aquellos pueblos que no tienen documentación escrita y que vivieron en los albores de la humanidad.

Abarcando los dos grandes periodos del paleolítico, aparecen como dos grandes subdivisiones de una cultura única que tiene las tres etapas de iniciación, florecimiento y decadencia.

Es la vida religiosa la que determina en gran parte, y juntamente con la magia, el arte prehistórico.

Las formas religiosas como la danza demuestran un verdadero culto que ser también una manera de manifestación artística.

La prehistoria tuvo una verdadera sociedad, as¡ había una obligación común de repartir el botín de la caza, pero cada grupo humano tenia reglas particulares e igualmente características comunes.


ESCULTURA PREHISTÓRICA

En éste tipo d escultura la mujer fue considerada como un ser misterioso que toma la misión de propagar la especie; este misterio de la procreación indujo al hombre a inspirarse en ella para su arte primitivo.

El ciclo mujer-procreación y fertilidad de la tierra, fue el motivo por lo que aquella se identificó con el culto de la madre tierra.

Las Venus prehistóricas y las exageraciones de los atributos sexuales, as¡ como las partes primordiales que intervienen en la procreación, son motivos vitales en la elaboración de estas figuras femeninas.

La divinidad de Venus no puede ser considerada solamente como diosa de la belleza, pues esa belleza engendra, asimismo, procreación; por esta razón, a las esculturas femeninas se les ha denominado Venus.

De todas las venus del periodo auriñaciense la m s extraordinaria sin duda es la que se encuentra en el Museo de Viena y que recibe el nombre de Venus de Willendorf; en ésta las características anatómicas son exageradas al máximo con un gran sentido de la realidad, el tocado es complicadísimo y el rostro desaparece como si el artista intencionalmente hubiera querido que no pudiera ser identificado con alguna mujer del grupo.

El relieve adquiere importancia esencial en la piedra y a través del estudio de esta escultura puede seguirse la evolución que el arte tuvo del Paleolítico al Neolítico y de éste, a la Edad de los Metales.

En el periodo magdaleniense que sigue al Solutrense la escultura adquiere grados de perfección y así en la gruta de Combarelles (Dordoña) el reno sigue siendo motivo de inspiración.

Las figuras aparecen superpuestas, el hombre no se disipa en rasgos inútiles y el movimiento es altamente conseguido.

Este movimiento llega a la acrobacia y parece que representa una danza ritual que es preludio de la caza.

* La siguiente escultura pertenece a éste periodo y es La Venus de Willendorf, fachada hacia el 30.000-25.000 a.C., constituye uno de los primeros ejemplos escultóricos del mundo. Esculpida en piedra caliza, con una altura de 11,5 cm, está considerada como un símbolo de la fertilidad por sus exageradas formas anatómicas femeninas.


PINTURA PREHISTÓRICA PALEOLÍTICA

La gran pintura prehistórica comienza desde el periodo auriñaciense en el Paleolítico y concluye en el Neolítico. Comprende las siguientes características:

En la pintura realista y naturalista, realista y abstracta, usó diferentes técnicas, as¡ los dedos o técnica digital, la crin del animal o técnica de la brocha y también la técnica del esfumado, que consistía en soplar por una caña o, hueso hueco la pintura.

La cueva francesa de Pech-Merle (Dordoña) presenta pinturas de singular objetividad; en ella el paisaje quiere ser ya esbozado, pero la mano es el símbolo que predomina en esta cueva, que tiene una antigüedad de unos 40 mil años.

El mamut fue también motivo de inspiración del pintor de Pech-Merle; está tratado con rasgos poderosos y rápidos.

También del periodo de Aurignac son las pinturas rupestres de la región francesa Cougnac; aquí¡ la pintura está basada en el perfil. Los animales predilectos son el alce, el ciervo o la cabra y la figura humana apenas toma importancia.

El magdaleniense es la cumbre de la pintura paleolítica y prueba de ello es la cueva de Lascaux que algunos historiadores clasifican como perteneciente al periodo perigordiano del paleolítico superior.

El tema más frecuente en Lascaux es el toro; estas cuevas fueron descubiertas en 1940 y los animales son en su mayoría de grandes proporciones.

Otra cueva de gran importancia en el arte magdaleniense francés es la de Niaux (Ariége). En ella predominan los fondos blancos y los rasgos negros. Estos colores como el rojo y el amarillo, fueron logrados con las mencionadas tierras colorantes con polvo de carbón, con carbonato de calcio y ocres de varias tonalidades.

* Las pinturas prehistóricas de las cuevas de Lascaux, Francia, datan aproximadamente del 13000 a.C. y fueron realizadas con pigmentos (rojo y ocre) soplados a través de huesos huecos sobre la roca, o aplicados con juncos o ramas aplastadas después de mezclarlos con grasa animal.

Arte prehistórico


ALTAMIRA

Las pinturas de Altamira por su gran naturalismo son muy parecidas en cuanto a calidad artística a las pinturas francesas de Lascaux, pero la diferencia radica no sólo en la variedad del arte, sino que las de Altamira están mejor conservadas.

En Altamira algunas figuras humanas tienen disfraces de hechiceros, lo que comprueba el aspecto mágico de este arte.

Características

En 1875 Don Marcelino de Sautuola comenzó la exploración de esta cueva; cinco años después publicó un folleto que causó un enorme escándalo y fue acusado de falsificador.

El pintor de Altamira usó el relieve de la roca para darle volumen a la figura; han resistido el tiempo y la humedad y nos han dejado un documento de la fauna de la región.

El animal típico es el bisonte, unas veces quieto y alerta, dispuesto a correr y en el cual todo es dinamismo contenido en cada línea. En otras ocasiones el bisonte embiste; el movimiento es completo y total.

En Altamira el artista consiguió el claroscuro, lo que hace resaltar el volumen del animal. También el esteta se obsesiona por la forma y el volumen.

Al finalizar el neolítico, la pintura rupestre toma diferentes caminos. Como ejemplo de este arte mencionaremos las cuevas de Levanzo en las islas Egates y la cueva de Addaura en Palermo. En estas regiones aparecen pinturas, grabados esgrafiados de animales y hombres donde la línea y el movimiento tienen mucho de común con la pintura del Levante español.

* Los bisontes que se pueden observar en la imagen son sólo una pequeña muestra del conjunto de pinturas prehistóricas que la cueva de Altamira alberga. Datadas en más de 15.000 años de antigüedad, sus representaciones faunísticas, ejecutadas con un hábil estilo naturalista dominador del trazo y de la utilización de los colores, motivaron que esta gruta cántabra, ubicada en el término de Santillana del Mar, recibiera el apelativo de 'Capilla Sixtina del arte paleolítico'.



 ARTE NEOLÍTICO-ARTE Y SOCIEDAD

El último periodo del paleolítico es conocido con el nombre de mesolítico y es prácticamente imposible definir cuando terminó uno y comenzó el otro.

Características

El neolítico es más breve que el paleolítico en su paso hacia la protohistoria y debemos anotar que la cronología en este aspecto tiene que ser relativa y no absoluta.

El hombre del neolítico cambió radicalmente su forma de vida; de nómada se transforma en sedentario, de recolectar se hace agricultor, de mago se convierte en sacerdote, de grupo en clan y de cazador en ganadero. Desde este periodo comienzan a aparecer culturas perfectamente definidas; as¡ la cultura nórdica, la ártica, la palaf¡tica, la del Danubio, la del Mediterráneo, etc.

La familia cobra una importancia extraordinaria que llega a nuestros días y ser la base estructural de toda sociedad.

El matrimonio se convierte en compra o rapto y el parentesco abarcar hasta segundo grado.

La constitución puramente agraria de la familia determinar por s¡ misma normas fijas de la vida comunal y de la tribu y en éste sentido, el desarrollo de la idea de pueblo.

La habitación y el vestido forman una misma categoría y el hogar es para el hombre una prolongación de su escudo y de su traje.

El arte se concibe desde el mesolítico en forma distinta; lo esquemático, lo idealizado, ser n rasgos típicos que culminan en lo abstracto.


EL LEVANTE ESPAÑOL

En esta zona de la Península r Ibérica se desarrolla un arte de gran originalidad; el cálido Mediterráneo influye notablemente. Ya no es un arte realizado en el seno de la tierra, sino en los llamados refugios de los acantilados delas rocas. La luz penetra en estos abrigos; por tanto, la concepción mágico-religiosa ha tenido un gran cambio.

Características

En la cueva de Cogul (Lérida) fue encontrada una pintura celebérrima titulada la danza ritual; representa a 9 mujeres que bailan en derredor de un hombre y que debe a los primitivos cultos fálicos.

En los murales de Alpera (Albacete); el hombre se estiliza, se alarga, se deforma; no pretende el pintor copiar sino representar. Se intenta la perspectiva, pero m s bien se tratar de establecer categorías; los jefes son de gran tamaño, los enemigos son pequeñas figuras.

Este arte neolítico está también impreso en el desierto del Sahara, en la llamada región del Tassili y debe tener 4 000 a. de J.C.

La temática esencial es el pastoreo que ofrece una mayor seguridad económica al individuo. Se trata de poblaciones trashumantes que hasta nuestros días los pueblos beduinos practican.

En Tassili el grafito y la pintura rupestre aúnan aunque la región del Sahara abarca desde Argelia hasta el Fezzan y el Hoggar.

Los grafitos está marcados en arenisca roja, el surco es ancho y profundo y la fauna naturalista es el búfalo, el rinoceronte y el elefante.


 LA CERÁMICA PREHISTÓRICA

La primitiva cerámica derivó de la técnica de la cestería.

Posteriormente se introdujo la decoración geométrico y la diversidad de los colores.

Sobresalen diferentes escuelas de cerámica como la del Danubio, que representan el entrelazado del mimbre y el color, sobre todo el negro, era puesto después de la cocción.

Esta cerámica no sólo fue para vasos o recipientes, sino también para la figura humana.


LA ARQUITECTURA

La arquitectura de la prehistoria ha recibido el nombre de megalítica, por las grandes piedras que fueron usadas.

Características

Respecto a la habitación del hombre sólo quedan los llamados palafitos, o habitaciones lacustres .Este tipo de vivienda, localizado hoy en Suiza, debió ser motivado por presiones de pueblos enemigos, sobre poblaciones establecidas al pie de los Alpes.

Formaban pequeñas agrupaciones situadas en diminutas penínsulas y el elemento esencial fue la madera, cuya renovación ha sido constante.

La arquitectura pétrea del neolítico y que llega hasta la edad de los metales, corresponde al sur de Europa y norte del mismo continente.

El dolmen es una mesa de piedra o varias piedras verticales con una horizontal encima; parece que es una sepultura, pero n han sido encontrados restos orgánicos aun-que podría ser sepultura de cremación.

El cromlech está constituido por trilitos (2 piedras verticales y una horizontal encima); están dispuestas en círculo; pueden ser santuarios y actualmente son interpretados como observatorios solares y astronómicos.

Los nuragos son torreones en forma de cono truncado, que van cerrándose por medio de hileras de piedra, dando lugar al primitivo techo abovedado y que posiblemente era el recinto de algún jefe de tribu.

La taula es una piedra vertical, con una horizontal encima; se cree que sirvió para exposición de cadáver o como mesa de ofrenda.

El talayote es un poblado de arquitectura adintelada, como los nuragos , que servía para habitación defensiva.

* En las inmediaciones de la localidad española de Antequera, en la provincia de Málaga, se encuentra la sepultura megalítica del siglo III a.C. cuyo interior puede ser apreciado en esta fotografía.


ARTE METALÚRGICO

Los primeros metales usados por el hombre fueron el oro y el cobre y posteriormente, al conocer las propiedades del estaño, se inventó el bronce.

Características

La minería, la industria y el comercio, transformaron en gran parte la concepción del mundo de este hombre.

A este periodo de la metalurgia se le llama, protohistoria.

Los objetos de bronce suelen tener un carácter utilitario, pero adornados con fantasía y habilidad.

En la decoración el motivo más común es la línea espiral, repetida en las empuñaduras de armas, en las hebillas y en los brazaletes.

La cerámica influye notablemente en los vasos de metal.

La religión ha tenido en la poca de los metales una gran transformación y en esta protohistoria ya puede hablarse de una liturgia y de un cuerpo sacerdotal.

El lurer está constituido por una curva de tubo y han sido encontrados en parejas como si el metal hubiera sustituido a los cuernos del bovino.

Durante la Edad del Hierro, la escritura es un hecho y en algunos pueblos, como los

del Próximo Oriente, ésta ya era practicada desde la Edad del Bronce.

Los objetos que predominan son las armas, las navajas, las fíbulas y algunos objetos útiles como vasijas. Las espadas, tendrán en su empuñadura ricas joyas.

Los escudos, de madera, serán ahora recubiertos por chapas de hierro con adornos geométricos e incluso habrán joyas del mismo metal.

La cerámica de la Edad del Hierro es típica por la decoración de surcos y meandros, e incluso el barro pretende imitar los objetos de metal.


CONCLUSIÓN

Por medio de este capítulo pude conocer que la prehistoria no es solamente una etapa primitiva en la que existieron pinturas, cavernas y utensilios. Sino también aprendí que muchas costumbres que tenemos hoy en día trascienden de esa época.

Me di cuenta de que no sólo las pinturas rupestres eran su prioridad, también tenían una gran afición por la metalurgia y crearon el bronce, el cual tenía entendido era un elemento natural como el oro.

Cada vez que voy conociendo más acerca de la Historia del Arte me voy enfocando en interesando más en lo que es la materia y su estudio.

lunes, 15 de junio de 2015

Auguste Rodin

Auguste Rodin (1840-1917), nacido en París, en humilde cuna, tras haber estudiado en una escuela preparatoria fracasó, en 1854, en el examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes, y hubo de ganarse la vida ejerciendo el oficio de ornamentista. Por un momento creyóse con vocación religiosa e intentó ingresar en la orden de los Padres del Santísimo Sacramento. De hecho, el busto del P Eymard, fundador de aquella congregación, fue su primera obra en 1863.

Superada aquella crisis, su personalidad fue afirmándose muy lentamente; siguió algunos cursos en el Museo del Louvre, bajo la dirección de Barye, pero sintió más la influencia de Carpeaux y de A. Carrier-Belleuse (1824-1887), escultor que trabajó en la manufactura de Sévres. Junto a él permaneció veinte años como auxiliar bocetista, sin poder realizar obra personal alguna.

Por fin, en 1875, tras un viaje a Florencia, modeló su primera gran escultura, el patético desnudo masculino, en bronce, titulado La Edad del Bronce, que, al ser objeto de vivas discusiones en el Salón de 1877, atrajo la atención del público hacia su autor. De 1879 data su segunda gran obra, San Juan predicando.

Obras de Auguste Rodin


Comenzó para él entonces una etapa sumamente activa, en la que realizó bustos, monumentos y grandes composiciones: el grupo en bronce de Los burgueses de Calais (1884-1895), el monumento a Víctor Hugo (1886-1895), el de Balzac, quizá su obra que más justifique la consideración de su escultura dentro de una tendencia impresionista (1897-1898). Esta potente escultura fue rechazada ruidosamente por la Société des Gens Lettres en 1898, y demuestra con toda claridad, por parte de su autor, la voluntad plástica de mantenerse fuera de los moldes tradicionales.

Siguió modelando después numerosos retratos, y vivos y palpitantes bocetos de estudio (de desnudo femenino, en su mayoría), junto a la producción de maravillosos diseños acuarelados, rebosantes de nervio, sensualidad y dinamismo. Pero desde entonces Rodin pudo, sobre todo, dedicarse a la realización de su gran sueño, la monumental Puerta del Infierno, inspirada en el texto de Dante y en la que debían destacar gran número de figuras, muchas de las cuales ya había ejecutado con anterioridad: Adán, el Pensador, las Sombras (1880), Eva (1881), El Conde Hugolino (1882), El Beso o Paolo y Francesca (1886), el Dolor (1887).
A partir del año 1900, en que se celebró una exposición de 168 esculturas suyas, la gloria de Rodin llegó a su cenit. La mayoría de sus obras se hallan en la que fue su residencia en París (el antiguo Hotel de Birori), hoy Museo Rodin.

Para Rodin, como para Leonardo, tuvo siempre gran importancia la forma. Acariciaba la belleza del cuerpo humano con un apasionamiento que a algunos pudo parecer grosería de sátiro, pero que, para los iniciados, es indicio de un amor intenso a la persona humana per se.

Su vida errante en París, con sus tres talleres repletos de obras colosales, su apariencia barbuda de profeta panteísta, las polémicas levantadas acerca de su arte, pesaron mucho en su fama, pero es su labor de escultor (en la que se cuentan tantas obras maestras) lo único que de él aquí nos interesa.
En sus últimos años trató de fijar por escrito algunas de sus ideas, y su último libro sobre las catedrales góticas, lleno de croquis admirables, denota enorme entusiasmo por el arte medieval francés.

En otro escrito explica su manera de interpretar la naturaleza: "El movimiento es la transición de una actitud a otra; las figuras no deben envararse en una postura fija. Un vaciado es menos natural que una de mis esculturas; yo guardo en mi memoria la "pose" mejor que el propio modelo, y además yo le presto vida interior".

La caída de Auguste Rodin (Musée Rodin, París). En esta escultura de Rodin se puede apreciar la clara influencia de Miguel Ángel, sobre todo sus obras de los esclavos, que se creían obras acabadas pero hoy se reconoce que estaban inconclusas. El hecho de dejar parte de al escultura sin pulir, como en las obras citadas de Miguel Ángel, fue todo un escándalo en la época, ya que no le veían la belleza.


Fuente: Historiadelarte.us

martes, 9 de junio de 2015

Edgar Degas

Probablemente, si el parisiense Edgar Degas (más propiamente, Hilaire-Germain-Edgar de Gas; 1834-1917) no empleó la técnica pictórica de sus amigos los impresionistas (cuyos afanes en gran parte compartió) fue porque vio que aquella innovación, al representar la luz mediante la disociación del color, acarreaba la abolición de las sombras y líneas que forman el diseño de la figura, y él era un enamorado de la figura humana en la varia multiplicidad de sus actitudes.
Degas nació en una familia rica y culta; su padre, que se hallaba al frente de un negocio bancario, era aficionado al arte, en especial a la música, y había nacido en Nápoles, hijo de un banquero francés allí emigrado. En cuanto a su madre, pertenecía a una vieja familia francesa de Nueva Orleans. Hijo primogénito de aquel matrimonio, después del estudio del baccalauréat empezó el de la carrera de Leyes, que pronto abandonó en pos de su afición por el dibujo, la pintura y el arte del grabado.

En 1854 fue alumno de Louis Lamothe, discípulo de Ingres, y un año después frecuentó con irregularidad la Escuela de Bellas Artes. Sin embargo, su auténtica formación (paralela a la de Manet) se basó, en gran parte, en sus asiduas visitas al Louvre y en los resultados de los viajes que entre 1854 y 1859 realizó a Italia (a Nápoles y Roma, y sobre todo a Florencia, donde una hermana de su padre estaba casada con el barón Bellelli).
Buen conocedor de Giotto y de los cuatrocentistas florentinos y admirador de Ingres (a quien conoció personalmente), reveló precoz madurez, como lo demuestran dos obras de retrato que ahora se admiran en el Musée d’Orsay: su Autorretrato (1855) y el gran lienzo Retrato de la familia Bellelli, empezado en Florencia en 1857 y terminado en 1860 en París.

A partir de este último año, emulando a Ingres o a Delacroix, realizó, con gran dominio de la composición, cinco notables lienzos de asuntos históricos: Las muchachas espartanas provocando a la lucha a sus compañeros (Galería Nacional, Londres), La hija de Jefté (Smith College, Massachusetts), Semíramis dirigiendo la construcción de una ciudad y Desventuras de la ciudad de Orleans (Musée d'Orsay).

La amistad que, hacia 1862, trabó con el crítico Duranty y con Manet determinaron un radical cambio en su orientación, y desde entonces le ocuparían temas basados en una estricta interpretación de la realidad. Hasta 1873 pintaría, así, aspectos de las carreras de caballos (Avant le départ, Musée d'Orsay) y visiones momentáneas que le atrajeron (Mujeres de los crisantemos, de 1865; Museo Metropolitano); y retratos de rara perfección, como la cabeza de Rose Adelaide de Gas (1867) y Mlle. Dihau al piano (1868), ambos en el Musée d'Orsay, París, donde se conserva, del año siguiente, una importante obra suya que es, en realidad, un retrato colectivo: Los músicos de la orquesta de la Ópera, con aquellos maestros tocando en el foso de la sala de la Opera de París, ante el escenario, cuyas candilejas iluminan las piernas y los tutús de las bailarinas que actúan. Ya en 1868 había pintado también una hermosa evocación escénica: Mlle. Fiocre en el ballet "La Source" (Museo de Brooklyn). De 1869 data el doble Retrato del guitarrista Pagans y del padre del pintor.

Obras de Edgar Degas


Otras obras que siguieron a éstas (posteriores a la guerra de 1870, en que Degas se enroló como infante en la Guardia Nacional) son ya estudios de las bailarinas del ballet de la Ópera, asuntos que su autor trataría después tan largamente con gran brillantez. Son dos cuadros pintados en 1872: El foyer de la Opera de la Rué Le Peletier y Lección de baile. Del mismo año data Mujer detrás de un búcaro, que con aquellos lienzos se conserva en el Musée d'Orsay. En abril de 1873 regresó Degas de un viaje de seis meses a Nueva Orleans, donde se hallaban sus dos hermanos, después de haber pintado allí, con la Bolsa del algodón (Museo de Pau), varios retratos característicos de su agudo estilo.

Con la Lección de canto, de un año después (Dumbarton Oaks, Washington), se terminaba la etapa llamada "linear" de su pintura, y se iniciaba (hasta 1880) otra en que Degas, en los años en que en más estrecha relación estuvo con los impresionistas, empleó con sin igual maestría realista, gran variedad de procedimientos pictóricos, aplicando a muchas de sus producciones los resultados de su interés por las obras de los grabadores japoneses y de su afición a la fotografía (que en él había estimulado su trato con el fotógrafo Nadar). Se observa esto sobre todo en una serie de obras de pequeño formato realizadas al pastel (a veces en combinación con el monotype, variedad de grabado que el mismo Degas había inventado) e inspiradas en los intensos y expresivos efectos de sombras, luz y colores propios de los espectáculos del "café concierto". La más destacada de tales obras quizá sea la titulada: Aux Ambassadeurs, de hacia 1876 (Museo de Lyon).

Hilaire Rene de Gas (Musée d'Orsay, París) fue abuelo de Edgar Degas que, si bien simplificó su apellido, no dejó de ser nieto e hijo de banqueros. Su brillante posición social le permitió frecuentar la mejor sociedad de su época, pero quizá le impidió participar plenamente en su aventura pictórica.

También realizó durante aquel período varios lienzos al óleo que destacan por su aristocrática sensibilidad: En la playa (Galería Nacional de Londres), Mujeres peinándose (en el Phillips Memorial, Washington), La carretela en las cañeras (1873; Museo de Boston) y Carrera de aficionados (1879; Musée d'Orsay), otra obra inspirada en hípica, en cuya composición excéntrica y cortada se discierne influencia conjunta de aquella afición, a la que antes se ha hecho referencia, por los grabados japoneses y por las instantáneas fotográficas. Otros cuadros de entonces evocan el encumbrado mundo de los personajes bursátiles (judíos) o se inspiran en las acrobacias circenses como Miss Lala en el "Circo Femando" (1879; Galería Nacional de Londres), o son obras de un realismo deprimente, íntimamente enlazado con la literatura naturalista" (de Zola y Edmond de Goncourt) que imperaba en ese tiempo, como Le viol (1874; Museo de Filadelfia), Lhomme et le pantin (Fundación Guibenkian, Lisboa) y el famoso cuadro El ajenjo (1877; Musée d'Orsay), para el que posaron la actriz Ellen André y el grabador, aficionado al teatro, Marcellin Desboutin.

Hacia 1880 Degas volvió a evocar, en numerosas y magistrales obras al óleo o al pastel, figuras o composiciones con bailarinas del ballet escénico (lo que le llevó a realizar gran número de admirables dibujos, al lápiz o al carbón, en los que estudiaba fugaces y a veces complicadas actitudes).

Buen número de tales realizaciones se hallan en el Musée d'Orsay, París; citemos: Arabesco, El saludo, La cabriola, etc. Otras se encuentran en el Courtauld Institute de Londres y en varios museos estadounidenses. Otros lienzos transcriben con gran acuidad (a veces con implacable objetivismo), y valiéndose de variedad de medios (como el empleo de la esencia de trementina), mujeres ocupadas en sus quehaceres: La sombrerera (hacia 1882; Art Institute de Chicago), Las sombrereras (Colección Roche, París) o el famoso lienzo de Las planchadoras (1888; colección particular). Llevando al extremo su sentido de la observación, y acaso cediendo a una intención moralmente malsana, realizó Degas también un conjunto de óleos y pasteles sobre cartón o papel en los que estudió las poses de mujeres (generalmente desnudas) vistas en el acto de realizar su aseo personal íntimo.

La exposición de este conjunto de obras, que tuvo lugar en 1886, la titulaba Nus de femmes se baignant, se lavant, se séchant, s'éssuyant, se peignant, ou se faisant peigner. Algunos de tales ejemplares son de colorido rutilante, obtenido mediante espesas capas de color pulverizado, en habilísima combinación con el carboncillo, y constituyen una novedad en la pintura del siglo XIX, después explotado por artistas de las generaciones posteriores. Dos de estas obras son los óleos El peinado y La taza de té (en la Galería Nacional de Londres); otras son óleos o pasteles que se hallan en el Musée d'Orsay (Le tub, Mujeres peinándose, etc.) o en varios museos de Europa o Estados Unidos. La modernidad de tales obras de Degas es completamente distinta a la de Manet y a la que denotan los más avanzados pintores del impresionismo, y él la supo aplicar después, todavía, en las obras al pastel sobre bailarinas, y de encendido cromatismo, que fue creando cuando, al empeorar su visión, ya muy delicada desde hacía largos años, hubo de realizar tales pinturas de memoria.

Ya cuando comenzó a interesarse por las carreras hípicas o por el ballet había realizado esculturas de caballos, o en cera algunas esculturas de bailarinas, de gran tamaño, llenas de vida; más tarde, desde el último decenio del siglo, fue modelando en barro bocetos de desnudos femeninos en las poses propias del baile escénico. Toda esta producción acredita en él un gran talento escultórico, no un simple diletantismo en esa actividad.

Un caso semejante se repetiría en la vejez de su amigo Renoir, cuando este insigne pintor de desnudos, ya con las manos imposibilitadas, modeló indirectamente varios relieves o grandes estatuas valiéndose de la colaboración de un escultor profesional, cuya labor iba dirigiendo. Renoir logró así crear esculturas importantes, como Venus victrix. A eso se reduce lo que se dio en llamar, después, "escultura impresionista", que en todo caso cabría aplicar con más acierto a las labores, en barro o cera, del escultor italiano, que trabajó largo tiempo en París, Medardo Rosso, a las que dotaba de modulaciones que aspiran a insinuar la captación de aspectos fugaces. Pero si la denominación de "impresionista" cuadra al arte de la escultura (lo que no parece muy claro) es, en todo caso, en obras realizadas por el mayor escultor francés del siglo XIX, Rodin, donde ello parece más factible.
Las planchadoras de Edgar Degas

Las planchadoras de Edgar Degas (Musée d'Orsay, París). El bostezo y el gesto forman parte de su aburrida y fatigosa tarea. El impresionismo incluye dentro de su temática escenas que en otra época jamás se habrían pintado. Degas, y los demás artistas impresionistas, buscan la belleza en escenas intrascendentes, cosa que harán los pintores realistas en un grado aún superior.


Fuente: Historiadelarte.us

La Pintura Flamenca

La pintura de los primitivos flamencos se da coetáneamente al desarrollo del primer Renacimiento en Italia, es decir, en paralelo con el Quattrocento. A mediados del siglo XV Italia y Flandes son los focos pictóricos más importantes por las renovaciones que proponen, y esto no sería posible si no estuvieran acompañadas por un desenvolvimiento económico y social.

En Flandes, las ciudades más destacadas son Gante, Brujas e Ypres, pues todas ellas forman nudos de enlace entre las redes comerciales que unen el norte europeo con el resto del Occidente conocido. Esta región conforma el denominado ducado de Borgoña, cuyos gobernantes, los duques, habían sido mecenas del arte gótico. En 1477 el ducado pasa a la corona austríaca de Habsburgo, debido a su relevancia económica. Los Habsburgo tienen una rama española desde época de Carlos I, la dinastía de los Austrias, lo que determina que el arte español del Renacimiento y el Barroco esté íntimamente relacionado con las formas flamencas.

La pintura flamenca tiene una importante repercusión en toda Europa, a la que llega a lo largo del siglo XV, tanto por la nueva técnica que introduce, pintura al óleo, como en la adopción de novedosos temas y formas de expresión. Flandes, así se convierte en uno de los principales centros pictóricos europeos que compite con el modernismo del arte del Renacimiento.

La pintura flamenca carece de precedentes en gran formato, a excepción de las vidrieras. Pero sí en las miniaturas, sobre las cuales posee una larga tradición de excepcional calidad.

Esto determinará algunas características del arte flamenco, como serán el empleo de colores brillantes, que recuerdan a los pigmentos usados para la iluminación de las miniaturas. También el detallismo aplicado a estas pequeñas obras maestras se transmite a la pintura de gran formato. Este rasgo lo permite en gran medida el avance técnico sobre el óleo que ya existía, pero tenía un proceso de secado tan lento que no lo hacía demasiado útil.

Obras de La Pintura Flamenca


El perfeccionamiento de la técnica de la pintura al óleo, mediante la utilización de aceite de linaza como aglutinante, en la pintura al temple se había utilizado huevo o cola, y la introducción de barnices y disolventes que aceleran el secado, van a permitir una minuciosidad que antes era imposible, así como el empleo de las veladuras, superposición de capas de pintura que transparenta las anteriores, con las que consiguen una mayor brillantez de colorido con mejores matices y texturas.

En un cuadro flamenco encontraremos una escena que siempre remite al paisaje, bien sea a través de una ventana, bien porque se desarrolle efectivamente al aire libre. Estos paisajes se realizaban sin apuntes del natural, con lo cual sus elementos estaban completamente estereotipados: la forma de las rocas, aristadas y sin vegetación, las ciudades en la lejanía, torreadas y de colores, los árboles en forma de pluma, con troncos delgados y largos, etc.

Los personajes se distribuyen equilibradamente, bien en el centro si es uno sólo, bien simétricamente si son varios. Las acciones son muy comedidas y apenas se deja lugar al movimiento.

La pintura flamenca difiere de la italiana en su absoluta falta de interés por la Antigüedad clásica. Tal es así que los entendidos denominaban a las obras flamencas como cuadros "alla moderna", y a las obras quattrocentistas como "alla antiqua", ya que imitaban a Roma y Grecia. Tampoco los flamencos suelen teorizar sobre sus descubrimientos, o sobre las personalidades de sus artistas.

No existen apenas tratados de pintura flamenca de la época ni tampoco biografías de sus principales autores. Esta falta de elaboración teórica responde a una vocación espiritual: mientras los italianos tratan de renovar el conocimiento del mundo mediante la medida humana, empleando para ello las ciencias y la razón, los flamencos viven de cara a una experimentación religiosa o espiritual de lo visible. Tanto es así que la propia alquimia, extensamente desarrollada en esta época, constituía más que un método de indagación química una propuesta metafísica de integración del hombre en el Universo divino. La piedra filosofal no sería sólo el objeto que transmutaría la materia en oro, sino el símbolo vivo de Cristo.

Esto hace que la captación del espacio tenga un carácter de ensayo sobre tanteos y errores. Descubren, al tiempo que los italianos, la perspectiva lineal y la aérea, pero de manera empírica y no según un desarrollo matemático u óptico. Tales técnicas permiten una representación extremadamente naturalista del mundo, que se satura de símbolos espirituales. Un campo sembrado de flores puede ser en realidad una compleja alegoría de la Virgen o de las virtudes teológicas. Frente a una imagen que puede parecer completamente profana y alejada de la reflexión religiosa, se produce de hecho una santificación de la realidad visual.

Flandes es además, una de las primeras regiones en llevar a cabo retratos con penetración psicológica del modelo. El retrato típico flamenco, que será adoptado con éxito en España durante siglos, es el que capta al personaje de menos de medio cuerpo, no frontalmente, sino ligeramente girado sobre sí mismo, sobre fondo neutro de color oscuro, e incluyendo el rostro y las manos con algún símbolo. El hecho de que el personaje aparezca levemente girado permite involucrarle en el espacio, el cual no se representa mediante trucos de mobiliario o fondo arquitectónico. Tan sólo la presencia de la figura, sobre un fondo perdido, insinúa la existencia del volumen y el espacio que ocupa. Los retratos más perfectos son los de Roger van der Weyden, los hermanos Van Eyck, Hugo van der Goes, Petrus Christus o Dieric Bouts fueron magníficos intérpretes de esta realidad no demasiado real, sino a medio camino siempre del mundo espiritual.