jueves, 24 de septiembre de 2020

Especial Selectividad: Arte Prehistórico

 La prehistoria es el período de tiempo que abarca desde la aparición del hombre hasta el momento en que contamos con documentos escritos (Historia). La escritura aparece hacia el 3700 en la zona danubiana y hacia el 3500 a.c. en Mesopotamia pero tarda milenios en difundirse por el planeta de modo que entre la Prehistoria y la Historia suele existir un período (la Protohistoria) en el que hay pueblos de los que no poseemos documentos escritos aunque si referencias indirectas a través de la escritura de pueblos vecinos.

El Paleolítico (del griego Paleo=antiguo y litos=piedra) es el período más antiguo de la prehistoria y se caracteriza por la utilización de herramientas de piedra tallada (generalmente silex). En el Paleolítico superior (50.000-10.000 ac.) aparece el hombre de Cro-Magnon en Europa. El clima es de tipo glaciar (glaciación de Würm) y los hombres viven en cuevas, en grupos de 20-30 individuos dedicados a la caza de los grandes hervívoros que constituyen la base de su dieta (bisontes, renos, ciervos, caballos... etc.). La esperanza de vida era muy corta (25-30 años) y la mortalidad infantil muy elevada por lo que la población era poco numerosa (unos 10.000 habitantes en Galicia, 5 millones en todo el mundo). Del arte de estos pueblos se puede deducir que adoraban a una diosa de la fecundidad (Venus paleolíticas) y que practicaban rituales mágicos para propiciar la caza (pinturas de animales en las cuevas)

Obras pertenecientes al Arte Prehistórico


1- El origen del Arte

Cuando en 1879 Marcelino de Sautuola descubrió las cuevas de Altamira, la comunidad científica internacional lo tomó por un falsificador ya que no se podía sospechar que hombres “primitivos” hubieran sido capaces de producir tales maravillas. Pocos años después comenzaron a descubrirse pinturas similares en Francia (Lascaux, Niaux...) y Asturias (Cándamo, Tito Bustillo...) y hubo que admitir que eran demasiadas para ser falsificaciones. El problema fue entonces todavía mayor ¿eran estas pinturas el origen del arte?, ¿a que época pertenecían? y ¿con qué finalidad fueron pintadas en las profundidades de las cuevas?.

  Descubrimientos posteriores y la ayuda de los métodos modernos de datación (Carbono 14, etc.) han permitido fechar estas obras hacia el 13.500 antes de Cristo (Paleolítico Superior) y demostrar que estas pinturas no son el origen del arte, sino el final de un proceso que comienza hacia el 30.000 a.c. con la llegada a Europa de los hombres de Cro-Magnon. Los ejemplos más antiguos de pinturas rupestres son simples siluetas de animales sin detalles ni relleno de color (Estilo I), más adelante comienzan a detallarse cuernos, pezuñas y pelaje (Estilo II) y a rellenar de color las siluetas (Estilo III), culminando el proceso con las representaciones realistas y polícromas de Altamira o Lascaux (Estilo IV).

En cuanto a la finalidad de estas pinturas es controvertida. Al principio se habló del “arte por el arte”, el instinto estético y la facultad de producir imágenes serían innatos en el homo sapiens (ningún animal produce arte y parece que los homínidos tampoco) que no hacía otra cosa que expresarlo en las paredes de las cuevas en las que vivía. El problema es que las pinturas nunca aparecen en las entradas de las cuevas, donde los hombres habitaban, sino en lugares profundos a los que no llega la luz y frecuentemente con un acceso muy difícil. No eran pues pinturas para ser contempladas y tenían que tener otra finalidad. 

Actualmente, la teoría dominante (Leroi-Gourham) es la de la “magia propiciatoria”, basada en la existencia de paralelos etnográficos en pueblos “primitivos” actuales como los bosquimanos y otros aborígenes australianos. De acuerdo con esta teoría, los pintores pretendían apresar la esencia de los animales que formaban parte de su dieta (los animales dañinos y las figuras humanas casi nunca aparecen) y cazarlos mágicamente, convencidos de que estas ceremonias favorecían una caza abundante en un momento en que el cambio climático estaba haciendo desaparecer a los grandes herbívoros de Europa. Otras teorías (Max Raphael) consideran estas pinturas como una especie de escritura primitiva.

Para producir estas obras los pintores prehistóricos utilizaban pigmentos naturales disueltos en agua (arcillas, óxidos de hierro, carbón vegetal...) que al reaccionar con la caliza de las paredes de las cuevas daba lugar a una suerte de fresco natural lo que explica su, en general, buen estado de conservación. Para extender la pintura se utilizaban en la mayoría de las ocasiones las manos, aunque también se emplearon pinceles, tampones de piel y “aerógrafos” (cañas por las que se soplaba la pintura).


2- El Neolítico

En el Neolítico (comienza hacia el 8000 a.c.) aparece la agricultura y la cerámica y el mundo animal pierde importancia aunque en los primeros momentos continúan pintándose cuevas y abrigos rocosos (la pintura levantina con animales silueteados y pintados de negro o rojo como sobras chinescas corresponde a esta época). Lo más importante, sin embargo es la aparición de la arquitectura y de la cultura megalítica.

El Neolítico es un período fundamental en la historia de la humanidad, tanto que se ha hablado de "revolución neolítica" para destacar la transcendencia de los cambios que se producen en este momento. En el aspecto técnico el neolítico se caracteriza por la aparición de los útiles de piedra pulimentada y por el descubrimiento de la agricultura y la ganadería. La aparición de la agricultura es un fenómeno importantísimo ya que el hombre deja de ser un depredador y pasa a controlar la naturaleza. Por otra parte, el cambio de dieta y la posibilidad de acumular excedentes propician un aumento de la población y de la esperanza de vida, así como la aparición de las clases sociales y de la división del trabajo.

Durante mucho tiempo predomino entre los historiadores la tesis monogenista, la agricultura habría aparecido en un sólo lugar (Próximo Oriente, ca. 8000 a.c.) difundiéndose luego por todo el planeta por las migraciones de los pueblos agrícolas que practicaban una agricultura itinerante basada en la técnica de las rozas . Sin embargo, la aparición del Carbono 14 vino a demostrar que el neolítico americano es anterior al occidental (centroamérica, ca. 10.000 a.c.) y el chino es contemporáneo del de Próximo Oriente. Hoy tiende a pensarse en el poligenismo con al menos tres focos de aparición (China, Centroamérica y Próximo Oriente) y un difusionismo moderado. En el caso europeo sí es evidente que el neolítico es derivado penetrando la agricultura por dos vías: una continental (a través del valle del Danubio) y otra marítima (por las islas del Mediterráneo). En Galicia el neolítico aparece hacia el 3500 a.c. en el momento en que llegan aquí los constructores de dólmenes los cuales introdujeron las prácticas agrícolas, la costumbre de los enterramientos megalíticos y la cerámica campaniforme. 

El cambio de clima que comenzó en el mesolítico (fin de la glaciación de Würm) hizo desaparecer a los grandes hervívoros que constituían la base de la dieta de los hombres del paleolítico. Ello obligó al hombre a buscar otras fuentes de alimentación. Primero se ensayó la pesca y la recolección (en el mesolítico) y luego se dió el salto a la producción agrícola y ganadera.


 2.1-  El Megalitismo

La historia de la arquitectura comienza hace más de 5.000 años, en el momento en el que aparecen en Europa los constructores de monumentos megalíticos. El megalitismo (del griego mega=grande y litos=piedra) es un fenómeno cultural que se extiende por toda la fachada atlántica de Europa en el período del Neolítico final , una moda arquitectónica que se desarrolla rápidamente a partir de dos núcleos de difusión situados en la Bretaña francesa y en el sur de Galicia y norte de Portugal, ambos con cronologías muy similares en torno al 3500 a.c. para los ejemplos más antiguos. La cultura megalítica se caracteriza por la existencia de construcciones a base de grandes piedras en la creencia de que la solidez de una edificación estriba en la robustez de los materiales. De los cuatro grandes tipos de construcciones megalíticas que pueden encontrarse en el arco atlántico europeo son sin duda los dólmenes o mámoas los más abundantes. 


   1-DOLMENES  (en Galicia mamoas o antas) Dombate, Axeitos... etc.

   2-MENHIRES  (en Galicia pedras fitas )

   3-ALINEAMIENTOS  Karnac

   4-CROMLECH (alineamientos circulares) Stonehenge.


1-Dolmenes: Son construcciones funerarias de carácter colectivo compuestas de una cámara formada por 5-8 piezas verticales cubiertas por una losa de gran tamaño y, ocasionalmente, por un corredor de entrada compuesto por piezas más pequeñas. Esta cámara o anta se cubre al exterior con un túmulo de tierra (de 15 a 25 mts. de diámetro por 2 ó 3 de altura) recubierto por una coraza de losas de piedra. Pocos de estos túmulos y corazas han llegado a nuestros días debido a la erosión, a las labores agrícolas y a la acción secular de los buscadores de tesoros que la tradición popular asoció siempre con estos lugares de enterramiento. La imagen que hoy tenemos de los dólmenes con sus cámaras pétreas al descubierto es fruto de los avatares de la historia y de las excavaciones arqueológicas y no se corresponde con su aspecto original.

 En el interior, la cámara de un dolmen aparecía decorada con pinturas (meandros, dientes de sierra) y grabados, aunque en la mayoría de los casos  han desaparecido. Los dólmenes suelen aparecer en terrenos de montaña media, en zonas de pastoreo, frecuentemente alineados siguiendo antiquísimos caminos y probablemente sirviendo de mojón que delimita el territorio de cada clan. La existencia de tales construcciones es prueba de una sociedad excedentaria y con una preocupación importante por el más allá. El hecho de que se trate de tumbas colectivas parece descartar la existencia de una jerarquización social estricta y hace pensar en una sociedad organizada en pequeños grupos familiares que practicarían un culto a los antepasados considerados como mediadores entre los vivos y las potencias de la naturaleza. La construcción de dólmenes finaliza hacia el 2000 a.c. aunque siguieron utilizándose hasta principios de la Edad del Bronce.

2-Menhires:  Piedras hincadas verticalmente en el suelo. Su finalidad es discutida aunque suelen considerarse testimonios de un culto solar.

3-Alineamientos: Son conjuntos de menhires agrupados formando hileras, se desconoce su significado (Karnac y New Grange).

4-Cromlech:  Son círculos líticos de controvertida interpretación, son mucho más escasos que los dólmenes (en Galicia sólo un caso, hoy desaparecido, en las cercanías de Ortigueira, La Coruña), y de cronología más tardía (Stonehenge ca. 1700 a.c.). Su finalidad es discutida aunque parecen tener funciones astronómicas o de culto astral. En el mencionado caso inglés, un doble círculo de menhires adintelados con un altar central, la entrada al santuario está orientada de tal manera que en el amanecer del día del solsticio de verano (21-22 de junio) los rayos del sol iluminan exactamente el ara central. De este hecho se ha deducido la existencia de un culto solar suponiendo la existencia de una casta sacerdotal poseedora de importantes conocimientos astronómicos y matemáticos, al menos de naturaleza empírica.


3- La Edad de los Metales

El descubrimiento de los metales (primero cobre y oro, luego bronce y después hierro) produjo grandes cambios sociales, favoreció la especialización del trabajo y propició el desarrollo de la guerra y de los desplazamientos de pueblos. Durante la Edad del Bronce continúan en uso los monumentos megalíticos pero cuando se construyen nuevos son de pequeñas dimensiones (cistas), se desarrolla extraordinariamente la orfebrería (en Galicia Tesoro de Caldas del Museo de Pontevedra) y nuevas formas de arte como los petroglifos (incisiones en las rocas). En el caso gallego es fundamental en esta etapa la aparición de la cultura castreña.


3.1 La Cultura castreña

Desde finales de la Edad del Bronce, durante toda la Edad del Hierro y con cierta continuidad en la época romana, se desarrollo en el noroeste de la Península Ibérica una importante cultura conocida con el nombre de castreña o de los castros. Son éstos unos recintos fortificados (más de 4000 conocidos) situados en promontorios costeros o interiores siempre en lugares fáciles de defender y provistos de murallas, fosos y/o terraplenes. 

Las casas de estos poblados son de variadas formas y tamaños pero predominan claramente las viviendas circulares de pequeño tamaño (3-5 mts.) y en general todo tipo de formas curvas (las viviendas con  esquinas escuadradas se consideran posteriores, y de influjo romano). Las cubiertas serían cónicas a base de un entramado de xestas recubierto de colmo (paja de centeno), un sistema todavía en uso en las pallozas de los Ancares. El área de influencia de la cultura castreña desborda los límites estrictos de la Galicia administrativa actual extendiéndose por Asturias, León y Zamora, aproximadamente en la misma medida en que lo hace el idioma gallego en la actualidad. 

Sobre los pueblos que habitaron estos asentamientos existen numerosas opiniones, los historiadores del siglo pasado los consideraban de raza celta pero en la actualidad, los estudios paleontológicos han demostrado la escasa importancia del elemento céltico en la composición de la etnia gallega en la que predomina históricamente el tipo dolicocéfalo de estirpe mediterránea. Por otra parte, el sustrato céltico es también poco importante lingüísticamente e incluso en la cultura material, por lo que hay que suponer que el elemento celta no pudo ser muy importante. La población estaría constituida por elementos indígenas mayoritariamente, con los que se mezclarían aportes procedentes de centroeuropa pero no necesariamente celtas. Estos recién llegados, por su conocimiento del hierro, se convirtieron probablemente en una aristocracia militar.

Las dataciones por Carbono 14 dan unas fechas de presencia desde el 560 a.c. (castro de Penarrubia, Lugo) hasta el siglo. VI d.c. abarcan por tanto desde finales de la Edad del Bronce hasta comienzos de la Edad Media con un período de apogeo entre los siglos IV y II a.c. (castreño clásico). Con la llegada de los romanos se abandonan algunos castros (hay indicios de destrucciones e incendios) pero luego se  reocupan perviviendo en muchos casos hasta tiempos medievales (Mohias, norte de Portugal, 570 d.c.) La economía era fundamentalmente agrícola y pastoril, siendo más importante el marisqueo y la pesca en los castros costeros. Conocían la metalurgia del bronce y del hierro así como una orfebrería muy desarrollada (Diadema de Ribadeo, Torques de Burela..) y hay indicios claros de la existencia de rutas: comerciales de gran amplitud (en algunos castros, aparecieron vidrios púnicos y fragmentos de cerámica griega). Por otra parte, han aparecido en Italia (Tolfa) objetos de bronce procedentes de Galicia en el período del Bronce final. La estructura social no resulta fácil de reconstruir, sin embargo tenemos algunos datos: No existen viviendas claramente destacadas por lo que no debieron de existir acusadas diferencias de nivel económico. La existencia de barrios diferenciados dentro de los castros se ha interpretado como indicio de la existencia de comunidades familiares extensas (clanes). Estrabón nos da también algunas noticias y dice que “las mujeres buscan esposa a sus hermanos” lo que podría indicar la existencia, sino de matriarcado, sí de un tipo de filiación matrilineal de la que aún quedan algunos indicios en la actualidad.

  En el arte, destaca la importancia de la orfebrería, de antigua tradición en la Edad del Bronce. Las técnicas son muy variadas (incisión, repujado, granulado, trenzados, filigrana...) y sorprende su desarrollo si la comparamos con la tosquedad de la escultura. La influencia mediterránea se manifiesta principalmente en las joyas femeninas (arracadas=pendientes, diademas, collares), mientras que en las joyas masculinas (torques, brazaletes, fíbulas=broches) predomina la influencia centroeuropea.

En la escultura tenemos algunas estatuas de guerreros (Armeá) bastante toscas y de carácter probablemente funerario, cabezas aisladas de controvertida interpretación, y figuras de cuadrúpedos (cerdos?, toros?) a las que se denomina genéricamente verracos. La mayoría de los historiadores piensa que son piezas tardías ejecutadas ya en ambiente romano como las pedras formosas (jambas y dinteles tallados con decoración de rosetas, espirales y meandros) que aparecen en algunos castros, sobre todo del norte de Portugal (San Fins).


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