viernes, 16 de diciembre de 2016

La Escultura del Cinquecento

La Escultura del Cinquecento
Introducción y características generales.

El siglo XVI supone el momento clásico por excelencia del Renacimiento. El primer tercio del Cinquecento supone el triunfo de la armonía y el equilibrio que se había avanzado durante el Quattrocento.

La capital artística de Italia se traslada desde Florencia a la Roma de los papas, que se convierten en los nuevos mecenas y protectores de los artistas. Principalmente Julio II y León X que utilizarán el arte como instrumento de prestigio personal y difusión del poderío de la Iglesia.

La escultura del Cinquecento buscará la grandiosidad y la monumentalidad inspiradas directamente en las esculturas clásicas descubiertas en Roma gracias a una ferviente actividad arqueológica (1506. Descubrimiento del Laooconte). Lo que supone la recuperación del desnudo y las representaciones heroicas y gigantescas realizadas en bronce y, sobre todo en mármol.
Miguel Ángel Buonarroti

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es el más grande escultor del siglo XVI. Aunque su principal interés fue la esculturá también destacó como arquitecto y pintor siendo considerado uno de los grandes artistas de la historia.

Realizó su labor artística durante más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, los Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos. Muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino, fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida.

Características
Sus esculturas revelan un perfecto conocimiento de la anatomía, lo que le permite representar fielmente todos los detalles del cuerpo humano, sobre todo de músculos, venas y articulaciones.
Sus figuras encierran un movimiento en potencia que se convertirá en acto al llegar la generación del barroco.
Es característico de algunas de sus esculturas la expresión de la cara en la que destaca mirada terrible que sus contemporáneos denominaron terribilitá.

La obra de Miguel Ángel
Sus primeras obras, realizadas en Florencia: Relieves de la Virgen de la Escalera y la Batalla de los centauros y lapitas (hacia 1492) revelan la influencia de Donatello en el estudio del relieve pictórico pero completada por un profundo interés por la anatomía.

Un viaje a Bolonia le hará conocer la obra de Jacopo de La Quercia, cuyo gusto por la grandiosidad y la anatomía le marcará profundamente.

Ya en Roma, realiza su primera obra maestra: La Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la composición equilibrada, la idealización de los personajes y la elegante sensibilidad estética. Idéntica idealización también presidió la ejecución de la Virgen de Brujas.

La obra escultórica de Miguel Ángel


Posteriormente su estilo cambiaría hacia un mayor interés por la grandiosidad monumental, el minucioso estudio de la anatomía y la tensión interna, como ocurre en obras como el David que esculpió en Florencia o el Moisés, máximo exponente de la terribilitá de Miguel Ángel, y varias figuras de Esclavos esculpidos para la tumba monumental de Julio II; proyecto que debió ser modificado en varias ocasiones y cuya realización definitiva en la iglesia romana de San Pedro in Vincoli distaba bastante del proyecto original concebido para el Vaticano.

Entre 1521 y 1534 trabajó en Florencia en las tumbas de Lorenzo y Juliano de Médicis. Representados como dos estatuas sedentes a cuyos pies y flanqueando el sarcófago se encuentran recostadas las figuras alegóricas del Crepúsculo y la Aurora y del Día y la Noche. Estas figuras ofrecen un tratamiento anatómico un tanto desproporcionado que junto con las posturas complicadas que adoptan supondrán un modelo para los escultores manieristas posteriores.

Sus últimas obras, de temática religiosa se alejan del paganismo de su producción anterior y parecen reflejar el pesimismo producido por una crisis espiritual y que se traduce en un lenguaje plástico dominado por la expresividad trágica, distorsionando las proporciones y acentuando los gestos y actitudes sufrientes de sus figuras como se puede apreciar en La Piedad de la catedral de Florencia o su última obra, inconclusa, La Piedad Rondanini.

Otros escultores del Cinquecento

En la segunda mitad del siglo XVI trabajan distintos escultores que podríamos clasificar como manieristas cuya obra se caracteriza por la pérdida del clasicismo basado en la armonía, las proporciones, el equilibrio y la serenidad a favor de un gusto por lo inestable, lo subjetivo y preferencia por las figuras serpenteantes y las composiciones helicoidales que anticipan el Barroco.

Algunos ejemplos significativos de este tipo de escultura serían el escultor Benvenutto Cellini con su Perseo, situado en la Loggia de Florencia o el artista de origen franco-flamenco Juan de Bolonia, autor de estatuas ondulantes como el Mercurio o el Rapto de las sabinas.

Las Obras Perdidas - El Coloso de Rodas

El coloso de Rodas era una gran estatua del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas (Grecia) en 292 a. C. y destruida por un terremoto en 226 a. C. Es considerada una de las Siete maravillas del mundo antiguo.

Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el Viejo, Polibio y Estrabón, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el Sirio y Filón.

La estatua (hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro) representaba al dios griego del sol, Helios. Según Plinio el Viejo, medía unos 32 m:

Pero de todos el más admirado fue el Coloso del Sol, en Rodas, hecho por Cares de Lindos, alumno del Lisipo antes mencionado. Esta estatua medía 70 codos de altura.3 Después de 66 años un terremoto la postró, pero incluso yacente es un milagro. Pocos el pulgar pueden abarcar con los brazos, sus dedos eran más grandes que la mayoría de las estatuas que tenían marfil. El vacío de sus miembros rotos se asemeja a grandes cavernas. En el interior se ven magnas rocas, con cuyo peso habían estabilizado su constitución. Doce años tardaron en terminarla y costó 300 talentos, que se consiguieron de las máquinas de guerra abandonadas por el rey Demetrio en el asedio de Rodas.
Plinio el Viejo, Historia natural (34.18.3)

La base, de mármol blanco, medía 40 codos (15 metros). Habría pesado unas 70 toneladas.

En comparación, la Estatua de la Libertad ―ubicada en Nueva York― mide 33 metros y tiene una base de 48 metros, aunque fue construida más de 2000 años más tarde.


Coloso de Rodas


Historia del Coloso de Rodas

En el año 305 a. C., Rodas, que en las luchas de los diádocos se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso ejército dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monóftalmos.

Para apoderarse de la ciudad, Demetrio mandó a construir varias torres de asedio con el fin de asaltar las murallas. La primera de estas torres fue montada en seis barcos. Este primer intento no dio resultado porque los barcos naufragaron en una tormenta antes de que la torre pudiera ser utilizada. Demetrio volvió a intentarlo con otra torre aún mayor construida sobre la tierra. Este tipo de arma de asedio era denominada helépolis. Sin embargo, los defensores rodios repelieron el ataque inundando el terreno ante los muros para que la helépolis no pudiera ser desplazada.

En el año 304 a. C. una flota enviada por Ptolomeo I, aliado de Rodas, hizo huir precipitadamente a Demetrio, quien abandonó la mayor parte de su armamento de asedio. A pesar de su fracaso frente a los muros de Rodas, Demetrio obtuvo el sobrenombre de Poliorcetes, "conquistador de ciudades" por sus éxitos militares. Los rodios vendieron por 300 talentos los equipos de asedio abandonados.

Para celebrar su victoria, los rodios decidieron que Cares de Lindos ―nativo de la isla, y discípulo del célebre Lisipo, quien había esculpido en Tarento una estatua de bronce de Zeus de unos 22 metros de altura― construyera una estatua gigantesca al dios Helios, protector de la ciudad. Le preguntaron al escultor cuánto costaría una estatua de 50 pies (15 metros) de altura; cuando les respondió, le preguntaron cuánto costaría una estatua del doble de altura. Él respondió que el doble, y los rodios firmaron el contrato. Cares no tuvo presente que al doblar la altura, necesitaría ocho veces más materiales. Esto lo llevó a la bancarrota y el suicidio.

El coloso de Rodas fue terminado por Laques (también de la aldea rodia de Lindos) en el 292 a. C.

Sesenta y seis años después de su construcción, en el año 226 a. C. un terremoto derribó la colosal obra. Los habitantes de Rodas decidieron dejarla acostada en el mismo lugar pues un oráculo aseguró que el derribo de la estatua fue voluntad de los dioses. Y así quedaron los restos de la estatua durante novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 d. C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones. Un judío de Edesa compró el bronce y dijo haber necesitado 900 camellos para cargarlo.


Localización del Coloso

Durante muchos años se creyó que la estatua había sido erigida con una pierna apoyada en cada parte del muelle de Rodas como aparece en algunas imágenes. Sin embargo, no parece que haya sido realmente así por dos razones: si hubiera sido erigida allí, se habría hundido por su propio peso. La otra razón es que para su construcción tendrían que haber cerrado un muelle de gran importancia militar durante varios años, siendo vulnerables a ataques por mar. Otra hipótesis, publicada en un artículo de la arqueóloga alemana Úrsula Vedder (2008) sugiere que el Coloso no habría estado en el puerto, sino que era parte de la Acrópolis de Rodas, sobre una colina ahora llamada monte Smith, con vistas a la zona portuaria. Tradicionalmente se creía que el templo en la cima del monte Smith estaba dedicado a Apolo, pero ―de acuerdo con Vedder― habría sido un santuario de Helios. Según Vedder, los sobredimensionados cimientos de piedra en el sitio del templo, cuya función no se conoce con exactitud, habrían sido la base de soporte del Coloso.


El Coloso en la Actualidad

Según el alcalde de Rodas, Hatzis Hatziefthimiou, en 2008 se encargó al artista alemán Gert Hof la reconstrucción de la obra mediante una «escultura luminosa» de acero (que, como un homenaje al pacifismo, será fundido a partir de armas de fuego recogidas en todo el mundo). Debido a un error de traducción, un diario español publicó que la estatua «no será de bronce o piedra, sino de luz», pero en realidad el término inglés light sculpture se refiere a ‘escultura luminosa (o lumínica)’, o sea, una obra con artefactos luminosos que la harán visible en la noche.12 La estatua se construirá en el muelle exterior del puerto. De un valor inicial de unos 100 millones de euros, medirá entre 60 y 100 m (la original medía poco más de 30 m) y diversas organizaciones comerciales internacionales se ocuparán de financiarla. Según el artista, el público podrá entrar físicamente en la nueva escultura.



Fuente: Wikipedia

Las Obras Perdidas - Cabeza de fauno


La cabeza de fauno es una escultura desaparecida de Miguel Ángel, se cree que fue copiada de otra antigua y ejecutada durante su aprendizaje en el Palacio Medici Riccardi de Lorenzo el Magnífico en Florencia, entre 1489 y 1492.

En la Casa Buonarroti se encuentra desde 1989, una escultura de Cesare Zocchi que está sin datar, pero se cree que la realizó a finales del siglo XIX, en la que representa a Miguel Ángel muy pequeño esculpiendo la cabeza de fauno, una escultura que se guardaba en los Uffizi y que se pensaba que podría ser la de Buonarroti, desapareció durante la Segunda Guerra Mundial en un traslado realizado por las tropas alemanas.

Bibliografía
Hodson, Rupert (2000). Miguel Ángel, escultor. Florencia, Gruppo Editoriale Faenza Editrice. ISBN 88-8138-044-7.