lunes, 19 de diciembre de 2016

Especial Selectividad - Características generales del Neoclasicismo. Las Academias

Tras el Renacimiento, el Neoclasicismo es el segundo intento de recuperar la antigüedad greco-latina en la historia del arte.

El estilo neoclásico aparece en Italia a mediados del siglo XVIII como un rechazo a los excesos cometidos en la última etapa del barroco. El motor de arranque fue el descubrimiento de los restos arqueológicos de Pompeya y Herculano:

  1. Sus ruinas se ponen de moda y se convierten en lugar de destino de las vacaciones que pasa en el extranjero la aristocracia europea.
  2. Coleccionistas ingleses y franceses compran estampas y relieves antiguos que muestran luego en sus gabinetes de París y Londres.
En cualquier caso, la causa última del movimiento neoclásico es el afán de perfeccionismo promovido por la Ilustración. Se utiliza el arte clásico para inculcar a los pueblos la razón y la moralidad que representaban la democracia ateniense o la dignidad de la ciudadanía romana.

Su desarrollo puede dividirse en dos etapas:

Primera. Tiene su centro en Roma y está representada por dos teóricos alemanes:

WINCKELMAN, un teólogo protestante que se convirtió al catolicismo en 1755 para poder ocupar la plaza de bibliotecario y conservador del Museo Vaticano. Ese mismo año, publica su obra Reflexiones en torno a la imitación de la pintura y la escultura de los griegos, que pronto será considerada como el ideario estético del nuevo estilo. Expone que “a los modernos solo les queda un camino para ser grandes: imitar a los antiguos”; y añade que las esencias del arte clásico residen en “la noble sencillez y la serena grandeza”.
o MENGS fue pintor y teórico del arte. Como pintor, rompe con los modelos barrocos; y como teórico, sostuvo que el arte era superior a la naturaleza, de modo que el artista debía depurar con la imaginación las imperfecciones de la realidad.


Segunda. Se abre a partir de 1770 y viene marcada por la labor de las academias, que difundieron sus principios a escala internacional.


LAS ACADEMIAS

Estas instituciones estaban acogidas a la protección del estado y regidas por un claustro de profesores-académicos pertenecientes a las diferentes disciplinas artísticas.

Su labor contribuyó a que la pintura, la escultura y la pintura dejaran de ser oficios mecánicos para convertirse en “nobles artes liberales”, y a que los artistas se convirtieran de artesanos en profesionales independientes.

Sus objetivos fueron de dos tipos:

  1. Realizar reuniones periódicas en las que sus miembros discutían los problemas técnicos de la profesión.
  2. Inculcar a los alumnos la correcta educación neoclásica, sin que tuvieran que trabajar de aprendices en el taller de un maestro.

El sistema educativo de las academias se basaba en el cultivo del dibujo y constaba de un programa en tres cursos:

El primero se impartía en la “sala de principios”. Eran admitidos todos los alumnos que lo solicitaban y en ella aprendían a soltar la mano mediante la copia de partes anatómicas simples (ojos, nariz, boca, orejas) según patrones recogidos en cartillas.
Un segundo escalón estaba en la “sala del yeso” y en la “sala del maniquí”, donde se copiaban estatuas antiguas en moldes de escayola y aprendían el manejo de los ropajes.
El último nivel estaba en la “sala del modelo vivo”, al que solo accedían los alumnos más aventajados. En ella, se pintaba a partir de modelos desnudos. Los que superaban esta última prueba eran considerados artistas y la academia correspondiente le expedía el diploma acreditativo.

Por otra parte, los arquitectos se formaban proyectando edificios según las normas de los teóricos romanos (Vitrubio) y renacentistas (Vignola y Palladio).

Se crearon academias de Bellas Artes en las principales ciudades. Las más prestigiosas fueron: la Academia de San Lucas, en Roma; la Académie Royal, en París; la Royal Academy, en Londres; y la Academia de San Fernando, en Madrid.


Fuente: Apuntes de Antonio Calero.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX - Resumen


Desligados del compromiso del pasado, los arquitectos de este siglo manejan los volúmenes y los espacios con criterios absolutamente distintos producto de los nuevos materiales y de las nuevas necesidades.
 
EL RACIONALISMO O FUNCIONALISMO

El movimiento denominado Racionalismo agrupa las más fuertes personalidades de este siglo; su obra y su teoría son individuales pero tienen el denominador común de la simplicidad de las formas, la forma sigue a la función:

Usa materiales altamente industrializados especialmente el hormigón armado.
El muro no es soporte, quedando reducido a una ligera membrana de cerramiento con gran número de ventanas que proporciona a los interiores luz y aire.
Los elementos decorativos desaparecen a favor de la forma recta y desnuda.
Hay un gran interés por los temas urbanísticos ya que tratan de acomodar a los hombres al nuevo ritmo de vida y organizar sus agrupaciones.

LA BAUHAUS fundada por W. Gropius en Alemania como centro pedagógico y experimental de arquitectura y diseño, aunque entra en decadencia en 1930, ejerce una enorme influencia que crece al emigrar sus componentes a otros países de Europa y EEUU.

Walter Gropius: su gran obra es el Edificio Bauhaus en el que colaboraron tanto profesores como estudiantes. La planta está formada por tres brazos que se extienden con libertad y multiplica los puntos de vista. Los muros son de cemento armado y vidrio.

Mies van der Rohe. Entre 1923 y 1924 proyecta dos casas de campo y en 1929 el Pabellón de Alemania en la Exposición Universal de Barcelona, en el que demuestra que su arquitectura se fundamenta en el adecuado manejo de los materiales modernos, en los volúmenes nítidos y en el empleo del muro cortina que sustituye al muro tradicional.

Le Corbusier: nace en Suiza, aunque la mayor parte de su obra se desarrolla en Francia. En 1926 realiza una de sus obras más conocidas, la Villa Savoya, que consiste en una estructura de hormigón armado encalada de inspiración mediterránea que se fundamento en los cinco puntos en los que se resume su arquitectura:

Empleo de pilotes: A modo de pilares para que la estructura quede sustentada y separada del suelo quedando un espacio transitable.
Fachada libre.
Terraza jardín: factible gracias al uso de hormigón que facilita la construcción de techos planos.
Multiplicación infinita de los vanos: ventanales.
La planta libre: al variar la función del muro, las plantas son mucho más diáfanas.

Hacia 1950 se suaviza su Racionalismo y se aproxima al Organicismo expresado en su obra maestra, la iglesia de Notre-Dame du Haut en Ronschamps.
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia

Muy influenciada por el Racionalismo está el movimiento holandés del Neoplasticismo cuyo principal representante será Gerrit Rietveld.

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX


EL ORGANICISMO

Por arquitectura orgánica debemos entender todas aquellas manifestaciones arquitectónicas que tratan de adecuarse y aliarse con la naturaleza. Esta idea la podemos encontrar en la arquitectura desde tiempos muy remotos, pero su verdadera formulación la redacta F. Lloyd Wright (1869-1959). Se define por:

  1. El sentido de lo interior como realidad.
  2. La planta libre como flexibilidad y continuidad de ambientes.
  3. La unidad entre interior y exterior.
  4. El uso de materiales naturales.
  5. La casa como protección.

Con Frank Lloyd Wright el Racionalismo comienza a ser olvidado y se ensayan nuevos caminos para la arquitectura. De origen norteamericano, viaja a Tokyo, donde se siente fascinado por la arquitectura japonesa, igual que por los templos mayas del Yucatán, por lo que puede decirse que tiene una formación cosmopolita. A esta amplia formación debemos la Casa de la Cascada en Pensilvania, bella simbiosis entre naturaleza y arquitectura. Otro edificio significativo de este arquitecto es el Museo Guggenheim de New York.

Con las formas curvas experimentó en el Museo Guggenheim de New York (1943-58). En este caso se encargó de que el museo poseyera espacios luminosos con luz controlada, no relejada por las superficies, por otro lado un espacio para disfrutar ascendiendo una rampa de un modo continuo y sin rupturas la exposición de objetos.

NUEVAS TENDENCIAS

A mediados de siglo, Jørn Utzon construye la Ópera de Sydney, el mejor ejemplo de la llamada arquitectura aditiva.

La arquitectura posmoderna de mediados de los setenta muestra cierta inclinación hacia el historicismo y un cierto interés por el eclecticismo. Entre los arquitectos representativos de esta tendencia podemos citar al japonés Arata Isozaki o el español Ricardo Boffil.

A partir de mediados de los 80 se definieron dos grandes tendencias: High-Tech y Deconstrucción.

La denominación de High-Tech deriva del empleo obsesivo de elementos tecnológicos. Los conductos de ventilación o agua, las escaleras mecánicas, las grúas para la limpieza de los cristales, etc. se evidencian hasta convertirse en un elemento fundamental de la construcción. El cierre de los muros se realiza, por lo general, con cristal reflectante, con lo que se potencia un aspecto brillante y agresivo de alta tecnología. El primer edificio e este género fue el Centro Pompidou de París, de Renzo Piano y Richard Rogers.

La Deconstrucción. Las formas arquitectónicas se sitúan en la antítesis de la claridad y la pureza racionalistas al mostrarse como estructuras constituidas de elementos dispares que parecen chocar y distorsionarse. El espectador, en principio sorprendido por la sensación de inestabilidad que transmiten estos edificios, acaba por identificarse con unas construcciones que materializan a la perfección las sensaciones y gustos del ser humano que vive a las puertas del s. XXI. El Museo Guggenheim de Bilbao, construido por Frank O. Gery, entre 1991-97, es el paradigma de esta tendencia arquitectónica.

Por último nombremos a algunos de los arquitectos cuya personalísima obra les sitúa a la vanguardia de la arquitectura del siglo XXI: aparte de Frank O. Gery que ya hemos nombrado, el británico Norman Foster, el francés Jean Nouvel o el español Santiago Calatrava.

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680) - Resumen

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680)
Nacido en Nápoles, de sangre florentina, se estableció en Roma y es, entre los grandes artistas, uno de los más universales.

Bernini es uno de los grandes arquitectos y escultores del barroco, su estilo marca toda una época y sus obras son una de las mejores expresiones de este estilo artístico.

Trabajó principalmente en Roma al servicio de los cardenales y de los papas. Gozó de fama internacional ya en vida ejerciendo una gran influencia entre sus contemporáneos de dentro y fuera de Italia.

El ideal artístico de Bernini aspira a suprimir la frontera entre arte y espectador, uno de los principios del arte barroco.

Obras de Bernini


Características de sus esculturas
Obras importantes

Grupos escultóricos de la Galería Borghese

Obras de juventud de Bernini encargadas por el cardenal Scipione Caffarelli Borghese para su villa de Roma. Común a las cuatro será elmovimiento giratorio y ascendente en espiral.

Grupo de Eneas, Anquises y Ascanio. (1618-1619)

Huída de Eneas con su padre a hombros y su hijo pequeño del incendio de Troya

El rapto de Proserpina. (1621-1622)

Bernini se recrea en el cuerpo de la joven y su delicada sensualidad cogida por el brutal Plutón del que intenta liberarse en vano.

En esta obra ya muestra su especial virtuosismo de Bernini en la representación de la piel de sus figuras.

El David. (1623-1624)

Representación del personaje bíblico en el momento de lanzar la piedra contra Goliat. Bernini se negó a representar al héroe bíblico según las normas existentes hasta el momento, y en vez de plasmar el momento estático, después de que haya lanzado la piedra (Donatello y Verrochio) o el gesto contenido y tenso antes del lanzamiento (Miguel Ángel), escoge la fuerza de la espiral.

Bernini se sirvió del Gladiador Borghese como modelo, una de las obras más valiosas de le colección de la antigüedad clásica de Scipione Borghese. Por otro lado, es reconocible en el rostro del héroe que aprieta los labios antes de lanzar la piedra los rasgos del artistas que se autorretrató en esta escultura.

Apolo y Dafne. (1622-1625)

Último encargo realizado para el cardenal. Dafne acosada por Apolo se convierte en un laurel. Bernini representa a los dos personajes jóvenes y bellos en el momento en que Apolo toca a Dafne en su persecución y se convierte en árbol. Se trata de una obra muy dinámica.

Bernini se concentró en el momento en el que Dafne acosada por Apolo, se convierte en un laurel y su expresión representa lo angustioso de la situación.

Al igual que sucede en otra de sus obras, el Rapto de Proserpina, la obra nos pide que interactuemos con ella: vista desde la espalda de Apolo, la figura de Dafne queda oculta, mostrándonos sólo el árbol en que se transforma, de modo que girando alrededor de la estatua tenemos una visión en el tiempo de la metamorfosis de la ninfa.

Éxtasis de Santa Teresa es la obra más conocida del escultor y está considerada una de las obras maestras de la escultura del Barroco. Fue realizada entre 1647 y 1651, por encargo del cardenal Cornaro, para ser colocada donde iría su tumba, en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma, donde actualmente se encuentra, en la llamada Capilla Cornaro.

Las figuras están realizadas en mármol blanco principalmente, y los rayos del sol en bronce.

La composición se consigue mediante dos diagonales, que forman un aspa, lo que produce sensación de movimiento; que junto con la fuerte expresividad de la obra denotan su estilo barroco. También Bernini consigue un acusado efecto de contrastes lumínicos (por ejemplo, gracias a los pliegues de las ropas de Santa Teresa). Bernini también construyó la capilla en la que se encuentra esta escultura.

La obra recoge el dramático momento en que Santa Teresa pierde su conciencia como consecuencia del éxtasis amoroso (ojos cerrados, boca entreabierta...) producido por la llama divina.

Como retratista, destaca su Busto de Luis XIV. La teatralidad barroca de Bernini atrajo la admiración de la teatral monarquía francesa.

Pero donde la teatralidad escénica de Bernini se desborda con mayor brillantez es en las tumbas papales de Urbano VIII y Alejandro VII, ambas en la Basílica de San Pedro. En ellas, las alegorías fúnebres de opulenta escultura se engalanan con mármoles de colores y bronce.

También son famosas sus esculturas y “fontanas” que adornan las plazas de Roma: La Barcaza, El Tritón o Los Cuatro Ríos.