viernes, 9 de octubre de 2020

La Península Ibérica en la Edad Media: Los Reinos Cristianos

 La Península Ibérica en la Edad Media: Los primeros núcleos de resistencia cristiana:

Los musulmanes no prestaron demasiada atención a los territorios montañosos del norte. Allí se refugió la población que huía de la invasión islámica y se formaron los núcleos de resistencia frente al invasor y de reconquista posterior.

a) El reino de Asturias: surgió pocos años después de la invasión musulmana. En Covadonga tenemos noticia de la primera victoria cristiana y de un primer rey cristiano, don Pelayo. Se formaba el reino de Asturias y fijaba la capital den Cangas de Onís, que aprovechando la escasa presencia musulmana se expansionará hacia Galicia, Cantabria y Vizcaya. A finales del siglo VIII, Alfonso II fijaba la capital en Oviedo.

b) El reino de Pamplona: en la zona oriental pirenaica, Pamplona se rebelará contra el emir de Córdoba a finales del siglo VIII. La familia Arista iniciará la consolidación del reino estableciendo alianzas con el reino de Asturias y con los condados pirenaicos cristianos; con el rey Sancho Garcés I iniciará la expansión hacia el sur.

c) En los altos valles de los ríos del centro del Pirineo, aparecerán los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, gobernados por nobles que intentarán mantenerse independientes frente al fuerte poder tanto de los musulmanes del sur como de los francos del norte -Imperio Carolingio-.

d) Condados catalanes: en el Pirineo oriental, los condados catalanes estuvieron inicialmente en manos del Imperio Carolingio, habiéndose adueñado de Gerona y Barcelona; pero desde el 878 la iniciativa la tomó el condado de Barcelona que con Wifredo I fueron buscando la independencia de los francos.


 Principales etapas de la reconquista:

Desde los núcleos de resistencia, y a lo largo de casi ochocientos años, los cristianos irán recuperando los territorios  en la denominada reconquista. Con tres etapas:


1) Primera fase: Del siglo VIII a mediados del XI:

Los reinos cristianos se van consolidando, pero siempre en situación de inferioridad respecto a los musulmanes. 

Asturias aprovecha la escasa presencia musulmana en el valle del Duero para alcanzar el río y se llegan a ocupar ciudades como Burgos, Zamora y Oporto. Se traslada la capital a León, convirtiéndose ahora en el reino de León.

En el reino de Pamplona, Sancho Garcés I lleva el territorio navarro hasta el Ebro. Con Sancho Garcés III (Sancho el Mayor, 1004-1035), Navarra conseguía los territorios del condado de Castilla, además de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Se convertía en el reino cristiano más poderoso al comienzo del siglo XI.


2) Segunda fase: de mediados del siglo XI a mediados del XII

Fue una etapa ya de superioridad cristiana frente a los musulmanes. 

En Navarra, muere Sancho el Mayor en 1035 y reparte el territorio entre sus hijos: el reino de Navarra para García; Castilla para Fernando; Aragón para Ramiro y Sobrarbe y Ribagorza para Gonzalo. 

En Castilla, Fernando se convertía en Rey de León y Castilla y el territorio navarro occidental pasará al área de influencia castellana. Con Alfonso VI la frontera cristiana se lleva al Tajo, conquistando Toledo en el 1085 y quedando abierta la conquista a la submeseta sur.

Portugal: Alfonso Enríquez, se convertía en Rey del condado de Portugal (1139), que se extendía ahora del Miño a Lisboa.

La Corona de Aragón: desde la capital, en Jaca, Aragón inició su expansión anexionándose el sector oriental de Navarra, así como el prepirineo. En 1118 Alfonso I el Batallador tomaba la importante ciudad de Zaragoza, quedando abierto el camino hacia el Mediterráneo a través del valle del Ebro. A la muerte del Batallador Navarra aprovechó para separarse de Aragón y el hermano del Batallador, Ramiro II el Monje, le sucedía. Su hija Petronila se casaba con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Aragón y Cataluña quedaban unidos en la Corona de Aragón.


3) Tercera fase: de mediados del siglo XII al XIII

A mediados del siglo XII los almohades amenazaban el territorio cristiano y para frenarlos Alfonso VIII de Castilla preparará un ejército con participación de aragoneses y navarros y vencerán a los almohades en las Navas de Tolosa (1212). La reconquista se abría en los valles del Guadiana yGuadalquivir.

Castilla: con Alfonso IX se conquista Extremadura (Mérida, Cáceres y Badajoz); con Fernando III, rey ya de Castilla y León a partir de 1230, el valle del Guadalquivir (Jaén, Córdoba y Sevilla); con Alfonso X se llega a Cádiz y Huelva por el oeste y a Murcia por el este. Por el tratado del Almizra (1244)se fijaba con Aragón la frontera oriental de Castilla (en Murcia); y por el tratado de Coimbra la frontera occidental con Portugal (en la línea del Guadiana).

Corona de Aragón: en estos siglos destacó la reconquista de Jaime I el Conquistador (Castellón, Valencia, Denia, Alicante y Baleares), quedando abierta la expansión aragonesa hacia el Mediterráneo y la castellana hacia el Atlántico.

En el siglo XIII quedaba por reconquistar el reino de Granada, que se haría a finales del siglo XV por los Reyes Católicos, quedando el territorio incorporado a Castilla.


La Península Ibérica en la Edad Media: modelos de repoblación y organización social

Tras la ocupación militar de un territorio musulmán, era necesario atraer población para afianzar las conquistas. Los sistemas de repoblación  variaron según las áreas reconquistadas:

1.- Repoblación por presura (siglos VIII al X): se aplicó a las tierras muy despobladas al norte del Duero y a los piedemontes pirenaicos. La presura consistía en la ocupación de la tierra, su puesta en cultivo durante algunos años y pasaba a ser propiedad del agricultor. Así se fueron formando aldeas, formadas por pequeños campesinos libres. 

2.- Repoblación concejil (siglos XI y XII): se efectuó en tierras mucho más pobladas situadas entre el Duero y los Montes de Toledo, y en el valle del Ebro. El territorio se dividía en concejos regidos por una ciudad villa. El rey les otorgaba  una carta puebla ( normas que regulaban la vida en la villa), o una carta de franquicia que daba ciertos privilegios y libertades a sus colonos, además de tierras de cultivo a los campesinos.

3.- Repoblación por órdenes militares: las órdenes militares eran instituciones formadas por monjes-soldado que ayudaron en la reconquista peninsular (Santiago, Calatrava, Alcántara. Durante la primera mitad del siglo XIII, sobre todo en La Mancha, Extremadura y el Maestrazgo, el rey les concedió grande latifundios o encomiendas.

4.- Repoblación por repartimientos (2ª mitad del siglo XIII): se dio en el valle del Guadalquivir y Levante. Las tierras se dividieron en lotes o donadíos, cuyo tamaño dependía de a quién se entregaba según su participación en la reconquista. El resultado fue la formación de grandes latifundios en manos de la Iglesia, nobles y órdenes militares.


Organización social de los reinos cristianos:

La sociedad medieval tiene una estructura tripartita formada por tres estamentos: clero, nobleza y estado llano. Era una división rígida y la posibilidad de ascender o descender en la escala social era muy escasa.

Estamentos privilegiados: nobleza y clero. El noble accedía por nacimiento y haber recibido un título nobiliario del rey. Su misión era la de defender la comunidad (bellatores). El clero se ocupaba de velar por la salvación de las almas (oratores) Ambos gozaban de notables privilegios, aunque también había una jerarquía de distinta importancia:

- Podían tener señoríos: eran territorios concedidos por el rey como pago por algún servicio prestado (señoríos territoriales y señoríos jurisdiccionales). 

- Tenían Tribunales de justicia propios. 

- No pagaban impuestos

El Estado llano, era el estamento no privilegiado, formado por la mayoría de la población y con la misión de trabajar (laboratores). Entre ellos había diferencias por su actividad económica que poco a poco se tradujo en grandes diferencias de riqueza: campesinos (la mayor parte de la población), artesanos y comerciantes (estos últimos sobre todo en las ciudades).


 La Península Ibérica en la Edad Media: una cultura plural (cristianos, musulmanes y judíos)

Pluralismo cultural en el rasgo más sobresaliente de la cultura en la Península Ibérica durante la Edad Media. Esto se debe a la existencia en los reinos cristianos de mudéjares (musulmanes), mozárabes (cristianos) y judíos. Por tanto, se dio un auténtico intercambio de conocimiento entre los tres grupos religiosos.

En la Europa cristiana medieval, la Iglesia asumió el papel de conservar y transmitir la cultura. Y es que, fuera del clero, sólo algunos nobles y altos funcionarios sabían leer y escribir. Así pues, hasta el siglo XI, los únicos centros de instrucción elemental eran las escuelas monacales, que enseñaban a los niños que en el futuro serían monjes. A partir del siglo XII, inicio de la Baja Edad Media, hay un renacimiento de la economía y la vida urbana. Surgen las catedrales y las escuelas catedralicias y se imparte una instrucción también elemental a los hijos de la nobleza, de la burguesía y al propio clero. Aquí se enseñaba Teología y Artes Liberales (estas últimas divididas en Trivium –Gramática, Retórica y Dialéctica- y Qudrivium -Aritmética, Geometría, Música y Astronomía-).

En el siglo XIII aparecen las universidades, normalmente fundaciones del rey, aunque requerían la autorización del Papa. Constaban de las facultades de Derecho, Filosofía y, menos frecuente, Medicina. La primera universidad en territorio cristiano fue la de Palencia, a la que siguieron otras como Salamanca, Valladolid, Lérida y Lisboa (todas del siglo XIII). 


Colaboración intelectual entre cristianos, musulmanes y judíos:

A medida que se reconquistaban las principales ciudades a los musulmanes, iban creándose centros de traducción del árabe. En el siglo XII ya había centros importantes en valle del Ebro (Nájera, Tarazona, Tudela, Zaragoza) junto a otros como Barcelona y, sobre todo, Toledo, que en el siglo XIII adquirió gran prestigio con el mecenazgo el rey Alfonso X el Sabio (1252-1284). Además se apoyaron las lenguas vulgares (castellano y gallego). Los textos árabes traducidos, difundieron por occidente el Pensamiento griego (Euclides, Aristóteles, Ptolomeo), así como las aportaciones científicas y filosóficas de sabios musulmanes como Averroes o Avempace o de judíos como Maimónides.


El Camino de Santiago: contacto con Europa:

Según la tradición y algunas fuentes, después de que el apóstol Santiago predicara en España, tras su muerte en Jerusalén, sus seguidores llevaron su cuerpo a las costas de Galicia donde lo enterraron. Ya en la primera mitad del siglo IX, según “prodigios celestes” (un campo de estrellas –campus stellae-) se indicó donde estaba el emplazamiento de la tumba. Alfonso II, rey de León, mandó construir una iglesia en el lugar. La afluencia de peregrinos para visitar la tumba del apóstol que penetraban por el Camino de Santiago o Camino Francés, fue en aumento. Distintas rutas llegaban desde Europa a Francia y, desde allí, por diferentes caminos, confluían en los pirineos aragoneses (Somport), navarros (Roncesvalles) y en el País Vasco (Irún). Estos caminos, desde Aragón, Navarra, La Rioja y el País Vasco, atravesaban Castilla y León hasta llegar a Santiago de Compostela. Por este camino penetró y se intercambió la cultura peninsular con la de Europa, llegando formas culturales y artísticas tan trascendentes como el Románico (en el siglo XI, gracias a la labor de la orden francesa de Cluny) y el Gótico (en el siglo XII, por la orden del Císter)


 LOS REINOS CRISTIANOS EN LA EDAD MEDIA: MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS

En la Edad Media nacieron en Europa  dos grandes estilos artísticos que tuvieron su reflejo en España. El románico centrado en  la Alta Edad Media, siglos XI y XII y el gótico, en la Baja Edad Media correspondiendo a los siglos XIII, XIV y XV.

El románico fue  la manifestación artística de la sociedad feudal. Es un arte monástico y aristocrático, por lo que abundan monasterios y castillos, si bien la culminación se alcanzó con las iglesias y catedrales. Fue un arte eminentemente religioso pues la Iglesia ejercía un dominio total sobre la sociedad debido a varias causas. El terror del año mil, que coincide con un período de calamidades, hambres y enfermedades, provoca el nacimiento de expresiones colectivas de fe. 

 Las peregrinaciones a ciudades santas como Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela son vías de propagación de las mismas ideas y expresiones culturales. Las órdenes monásticas, especialmente la orden benedictina de Cluny,  impulsan este movimiento y lo propagan por toda Europa. 

La arquitectura eclesiástica es la expresión más completa del arte románico. Las artes plásticas, escultura y pintura, quedan supeditadas a la arquitectura y ayudan a crear el ambiente sobrecogedor de las iglesias románicas. 

De aspecto sólido y severo, presentan planta basilical o de cruz y destaca singularmente la catedral de Santiago de Compostela, culminación del Camino de Santiago, y otras iglesias como la catedral de Jaca, San Isidoro de León o San Martín de Frómista en Palencia.

El gótico es también un estilo internacional que va a desarrollarse en la Europa Occidental  a partir de mediados del s. XII y se prolonga hasta el s. XV.  El nacimiento del arte gótico no es sólo la consecuencia del desarrollo de nuevas técnicas, sino que responde a las necesidades de una nueva sociedad, de una nueva concepción de la vida, en la que incide sobre todo el renacimiento comercial y la importancia de las ciudades. Por otro lado, la Escolástica, cuyo máximo representante será Santo Tomás de Aquino, intenta compaginar la fe con la razón.  

San Francisco de Asís, al alabar la naturaleza, presenta una nueva visión del hombre percibido como una  maravillosa creación de Dios.  En arte, el realismo basado en la observación y el cálculo se imponen sobre el simbolismo románico

Aunque la catedral es el exponente más completo de la arquitectura gótica, la arquitectura civil empieza a adquirir mayor importancia. Las artes plásticas que surgen a partir de las necesidades de la arquitectura empiezan también a ocupar un papel cada vez más importante hasta independizarse de ella. Aprovechando los avances técnicos, se crea un lenguaje altamente expresivo. 

La catedral gótica se caracteriza por su verticalidad, altura, y  luminosidad. El uso del arco apuntado y la bóveda de crucería logran un sistema constructivo que permite aligerar los muros y sustituirlos por ventanales cubiertos con vidrieras. Ejemplos en España  representativos son las catedrales de Burgos, León, Toledo en Castilla, y en la Corona de Aragón, Santa María del Mar en Barcelona y la catedral de Palma de Mallorca.


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