viernes, 16 de diciembre de 2016

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX - Resumen


Desligados del compromiso del pasado, los arquitectos de este siglo manejan los volúmenes y los espacios con criterios absolutamente distintos producto de los nuevos materiales y de las nuevas necesidades.
 
EL RACIONALISMO O FUNCIONALISMO

El movimiento denominado Racionalismo agrupa las más fuertes personalidades de este siglo; su obra y su teoría son individuales pero tienen el denominador común de la simplicidad de las formas, la forma sigue a la función:

Usa materiales altamente industrializados especialmente el hormigón armado.
El muro no es soporte, quedando reducido a una ligera membrana de cerramiento con gran número de ventanas que proporciona a los interiores luz y aire.
Los elementos decorativos desaparecen a favor de la forma recta y desnuda.
Hay un gran interés por los temas urbanísticos ya que tratan de acomodar a los hombres al nuevo ritmo de vida y organizar sus agrupaciones.

LA BAUHAUS fundada por W. Gropius en Alemania como centro pedagógico y experimental de arquitectura y diseño, aunque entra en decadencia en 1930, ejerce una enorme influencia que crece al emigrar sus componentes a otros países de Europa y EEUU.

Walter Gropius: su gran obra es el Edificio Bauhaus en el que colaboraron tanto profesores como estudiantes. La planta está formada por tres brazos que se extienden con libertad y multiplica los puntos de vista. Los muros son de cemento armado y vidrio.

Mies van der Rohe. Entre 1923 y 1924 proyecta dos casas de campo y en 1929 el Pabellón de Alemania en la Exposición Universal de Barcelona, en el que demuestra que su arquitectura se fundamenta en el adecuado manejo de los materiales modernos, en los volúmenes nítidos y en el empleo del muro cortina que sustituye al muro tradicional.

Le Corbusier: nace en Suiza, aunque la mayor parte de su obra se desarrolla en Francia. En 1926 realiza una de sus obras más conocidas, la Villa Savoya, que consiste en una estructura de hormigón armado encalada de inspiración mediterránea que se fundamento en los cinco puntos en los que se resume su arquitectura:

Empleo de pilotes: A modo de pilares para que la estructura quede sustentada y separada del suelo quedando un espacio transitable.
Fachada libre.
Terraza jardín: factible gracias al uso de hormigón que facilita la construcción de techos planos.
Multiplicación infinita de los vanos: ventanales.
La planta libre: al variar la función del muro, las plantas son mucho más diáfanas.

Hacia 1950 se suaviza su Racionalismo y se aproxima al Organicismo expresado en su obra maestra, la iglesia de Notre-Dame du Haut en Ronschamps.
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia
Le Corbusier. Villa Saboya. Francia

Muy influenciada por el Racionalismo está el movimiento holandés del Neoplasticismo cuyo principal representante será Gerrit Rietveld.

Arquitectura y Urbanismo del Siglo XX


EL ORGANICISMO

Por arquitectura orgánica debemos entender todas aquellas manifestaciones arquitectónicas que tratan de adecuarse y aliarse con la naturaleza. Esta idea la podemos encontrar en la arquitectura desde tiempos muy remotos, pero su verdadera formulación la redacta F. Lloyd Wright (1869-1959). Se define por:

  1. El sentido de lo interior como realidad.
  2. La planta libre como flexibilidad y continuidad de ambientes.
  3. La unidad entre interior y exterior.
  4. El uso de materiales naturales.
  5. La casa como protección.

Con Frank Lloyd Wright el Racionalismo comienza a ser olvidado y se ensayan nuevos caminos para la arquitectura. De origen norteamericano, viaja a Tokyo, donde se siente fascinado por la arquitectura japonesa, igual que por los templos mayas del Yucatán, por lo que puede decirse que tiene una formación cosmopolita. A esta amplia formación debemos la Casa de la Cascada en Pensilvania, bella simbiosis entre naturaleza y arquitectura. Otro edificio significativo de este arquitecto es el Museo Guggenheim de New York.

Con las formas curvas experimentó en el Museo Guggenheim de New York (1943-58). En este caso se encargó de que el museo poseyera espacios luminosos con luz controlada, no relejada por las superficies, por otro lado un espacio para disfrutar ascendiendo una rampa de un modo continuo y sin rupturas la exposición de objetos.

NUEVAS TENDENCIAS

A mediados de siglo, Jørn Utzon construye la Ópera de Sydney, el mejor ejemplo de la llamada arquitectura aditiva.

La arquitectura posmoderna de mediados de los setenta muestra cierta inclinación hacia el historicismo y un cierto interés por el eclecticismo. Entre los arquitectos representativos de esta tendencia podemos citar al japonés Arata Isozaki o el español Ricardo Boffil.

A partir de mediados de los 80 se definieron dos grandes tendencias: High-Tech y Deconstrucción.

La denominación de High-Tech deriva del empleo obsesivo de elementos tecnológicos. Los conductos de ventilación o agua, las escaleras mecánicas, las grúas para la limpieza de los cristales, etc. se evidencian hasta convertirse en un elemento fundamental de la construcción. El cierre de los muros se realiza, por lo general, con cristal reflectante, con lo que se potencia un aspecto brillante y agresivo de alta tecnología. El primer edificio e este género fue el Centro Pompidou de París, de Renzo Piano y Richard Rogers.

La Deconstrucción. Las formas arquitectónicas se sitúan en la antítesis de la claridad y la pureza racionalistas al mostrarse como estructuras constituidas de elementos dispares que parecen chocar y distorsionarse. El espectador, en principio sorprendido por la sensación de inestabilidad que transmiten estos edificios, acaba por identificarse con unas construcciones que materializan a la perfección las sensaciones y gustos del ser humano que vive a las puertas del s. XXI. El Museo Guggenheim de Bilbao, construido por Frank O. Gery, entre 1991-97, es el paradigma de esta tendencia arquitectónica.

Por último nombremos a algunos de los arquitectos cuya personalísima obra les sitúa a la vanguardia de la arquitectura del siglo XXI: aparte de Frank O. Gery que ya hemos nombrado, el británico Norman Foster, el francés Jean Nouvel o el español Santiago Calatrava.

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680) - Resumen

Juan Lorenzo Bernini (1598-1680)
Nacido en Nápoles, de sangre florentina, se estableció en Roma y es, entre los grandes artistas, uno de los más universales.

Bernini es uno de los grandes arquitectos y escultores del barroco, su estilo marca toda una época y sus obras son una de las mejores expresiones de este estilo artístico.

Trabajó principalmente en Roma al servicio de los cardenales y de los papas. Gozó de fama internacional ya en vida ejerciendo una gran influencia entre sus contemporáneos de dentro y fuera de Italia.

El ideal artístico de Bernini aspira a suprimir la frontera entre arte y espectador, uno de los principios del arte barroco.

Obras de Bernini


Características de sus esculturas
Obras importantes

Grupos escultóricos de la Galería Borghese

Obras de juventud de Bernini encargadas por el cardenal Scipione Caffarelli Borghese para su villa de Roma. Común a las cuatro será elmovimiento giratorio y ascendente en espiral.

Grupo de Eneas, Anquises y Ascanio. (1618-1619)

Huída de Eneas con su padre a hombros y su hijo pequeño del incendio de Troya

El rapto de Proserpina. (1621-1622)

Bernini se recrea en el cuerpo de la joven y su delicada sensualidad cogida por el brutal Plutón del que intenta liberarse en vano.

En esta obra ya muestra su especial virtuosismo de Bernini en la representación de la piel de sus figuras.

El David. (1623-1624)

Representación del personaje bíblico en el momento de lanzar la piedra contra Goliat. Bernini se negó a representar al héroe bíblico según las normas existentes hasta el momento, y en vez de plasmar el momento estático, después de que haya lanzado la piedra (Donatello y Verrochio) o el gesto contenido y tenso antes del lanzamiento (Miguel Ángel), escoge la fuerza de la espiral.

Bernini se sirvió del Gladiador Borghese como modelo, una de las obras más valiosas de le colección de la antigüedad clásica de Scipione Borghese. Por otro lado, es reconocible en el rostro del héroe que aprieta los labios antes de lanzar la piedra los rasgos del artistas que se autorretrató en esta escultura.

Apolo y Dafne. (1622-1625)

Último encargo realizado para el cardenal. Dafne acosada por Apolo se convierte en un laurel. Bernini representa a los dos personajes jóvenes y bellos en el momento en que Apolo toca a Dafne en su persecución y se convierte en árbol. Se trata de una obra muy dinámica.

Bernini se concentró en el momento en el que Dafne acosada por Apolo, se convierte en un laurel y su expresión representa lo angustioso de la situación.

Al igual que sucede en otra de sus obras, el Rapto de Proserpina, la obra nos pide que interactuemos con ella: vista desde la espalda de Apolo, la figura de Dafne queda oculta, mostrándonos sólo el árbol en que se transforma, de modo que girando alrededor de la estatua tenemos una visión en el tiempo de la metamorfosis de la ninfa.

Éxtasis de Santa Teresa es la obra más conocida del escultor y está considerada una de las obras maestras de la escultura del Barroco. Fue realizada entre 1647 y 1651, por encargo del cardenal Cornaro, para ser colocada donde iría su tumba, en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma, donde actualmente se encuentra, en la llamada Capilla Cornaro.

Las figuras están realizadas en mármol blanco principalmente, y los rayos del sol en bronce.

La composición se consigue mediante dos diagonales, que forman un aspa, lo que produce sensación de movimiento; que junto con la fuerte expresividad de la obra denotan su estilo barroco. También Bernini consigue un acusado efecto de contrastes lumínicos (por ejemplo, gracias a los pliegues de las ropas de Santa Teresa). Bernini también construyó la capilla en la que se encuentra esta escultura.

La obra recoge el dramático momento en que Santa Teresa pierde su conciencia como consecuencia del éxtasis amoroso (ojos cerrados, boca entreabierta...) producido por la llama divina.

Como retratista, destaca su Busto de Luis XIV. La teatralidad barroca de Bernini atrajo la admiración de la teatral monarquía francesa.

Pero donde la teatralidad escénica de Bernini se desborda con mayor brillantez es en las tumbas papales de Urbano VIII y Alejandro VII, ambas en la Basílica de San Pedro. En ellas, las alegorías fúnebres de opulenta escultura se engalanan con mármoles de colores y bronce.

También son famosas sus esculturas y “fontanas” que adornan las plazas de Roma: La Barcaza, El Tritón o Los Cuatro Ríos.


La Escultura del Cinquecento

La Escultura del Cinquecento
Introducción y características generales.

El siglo XVI supone el momento clásico por excelencia del Renacimiento. El primer tercio del Cinquecento supone el triunfo de la armonía y el equilibrio que se había avanzado durante el Quattrocento.

La capital artística de Italia se traslada desde Florencia a la Roma de los papas, que se convierten en los nuevos mecenas y protectores de los artistas. Principalmente Julio II y León X que utilizarán el arte como instrumento de prestigio personal y difusión del poderío de la Iglesia.

La escultura del Cinquecento buscará la grandiosidad y la monumentalidad inspiradas directamente en las esculturas clásicas descubiertas en Roma gracias a una ferviente actividad arqueológica (1506. Descubrimiento del Laooconte). Lo que supone la recuperación del desnudo y las representaciones heroicas y gigantescas realizadas en bronce y, sobre todo en mármol.
Miguel Ángel Buonarroti

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es el más grande escultor del siglo XVI. Aunque su principal interés fue la esculturá también destacó como arquitecto y pintor siendo considerado uno de los grandes artistas de la historia.

Realizó su labor artística durante más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, los Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos. Muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino, fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida.

Características
Sus esculturas revelan un perfecto conocimiento de la anatomía, lo que le permite representar fielmente todos los detalles del cuerpo humano, sobre todo de músculos, venas y articulaciones.
Sus figuras encierran un movimiento en potencia que se convertirá en acto al llegar la generación del barroco.
Es característico de algunas de sus esculturas la expresión de la cara en la que destaca mirada terrible que sus contemporáneos denominaron terribilitá.

La obra de Miguel Ángel
Sus primeras obras, realizadas en Florencia: Relieves de la Virgen de la Escalera y la Batalla de los centauros y lapitas (hacia 1492) revelan la influencia de Donatello en el estudio del relieve pictórico pero completada por un profundo interés por la anatomía.

Un viaje a Bolonia le hará conocer la obra de Jacopo de La Quercia, cuyo gusto por la grandiosidad y la anatomía le marcará profundamente.

Ya en Roma, realiza su primera obra maestra: La Piedad del Vaticano, obra de perfección extrema por la solemnidad de las formas, la composición equilibrada, la idealización de los personajes y la elegante sensibilidad estética. Idéntica idealización también presidió la ejecución de la Virgen de Brujas.

La obra escultórica de Miguel Ángel


Posteriormente su estilo cambiaría hacia un mayor interés por la grandiosidad monumental, el minucioso estudio de la anatomía y la tensión interna, como ocurre en obras como el David que esculpió en Florencia o el Moisés, máximo exponente de la terribilitá de Miguel Ángel, y varias figuras de Esclavos esculpidos para la tumba monumental de Julio II; proyecto que debió ser modificado en varias ocasiones y cuya realización definitiva en la iglesia romana de San Pedro in Vincoli distaba bastante del proyecto original concebido para el Vaticano.

Entre 1521 y 1534 trabajó en Florencia en las tumbas de Lorenzo y Juliano de Médicis. Representados como dos estatuas sedentes a cuyos pies y flanqueando el sarcófago se encuentran recostadas las figuras alegóricas del Crepúsculo y la Aurora y del Día y la Noche. Estas figuras ofrecen un tratamiento anatómico un tanto desproporcionado que junto con las posturas complicadas que adoptan supondrán un modelo para los escultores manieristas posteriores.

Sus últimas obras, de temática religiosa se alejan del paganismo de su producción anterior y parecen reflejar el pesimismo producido por una crisis espiritual y que se traduce en un lenguaje plástico dominado por la expresividad trágica, distorsionando las proporciones y acentuando los gestos y actitudes sufrientes de sus figuras como se puede apreciar en La Piedad de la catedral de Florencia o su última obra, inconclusa, La Piedad Rondanini.

Otros escultores del Cinquecento

En la segunda mitad del siglo XVI trabajan distintos escultores que podríamos clasificar como manieristas cuya obra se caracteriza por la pérdida del clasicismo basado en la armonía, las proporciones, el equilibrio y la serenidad a favor de un gusto por lo inestable, lo subjetivo y preferencia por las figuras serpenteantes y las composiciones helicoidales que anticipan el Barroco.

Algunos ejemplos significativos de este tipo de escultura serían el escultor Benvenutto Cellini con su Perseo, situado en la Loggia de Florencia o el artista de origen franco-flamenco Juan de Bolonia, autor de estatuas ondulantes como el Mercurio o el Rapto de las sabinas.